Caramelos

Por Nancy LUNA SORCIA

CHOLULA.- Este dulce alimento, no siempre ha sido tal y como lo conocemos actualmente. Incluso en su origen, NO se empleaba el azúcar en su elaboración, ni muchos de los ingredientes que se utilizan hoy en día.

La historia del caramelo comenzó con los médicos sumerios, que recomendaban a sus pacientes para el alivio de las indigestiones, una especie de pastilla endulzada hecha a partir de extracto de menta piperita y carbonato, con lo que se conseguía neutralizar la acidez.

Así, estos primeros sucedáneos del caramelo nacieron en la frontera de la medicina y la golosina: ya entonces se era consciente de que convenía dorar la píldora, facilitar la ingestión del medicamento.

Un segundo paso en esta historia, se dio en el año 1000 a.C., en Egipto: la pastilla contra la tos. La producían los confiteros, no los boticarios: eran los primeros caramelos duros de la historia.

Al respecto de cómo eran los caramelos en sus orígenes, existe bastante documentación e ilustraciones que remontan la historia del caramelo al Antiguo Egipto.

En concreto, a los confiteros de Ramsés II el Grande, hace tres mil trescientos años, y que ya eran caramelos duros con sabor a fruta, hierbas y especias, que al ser eficaces contra la tos alcanzaron favor popular.

Como hemos dicho, aquellos caramelos eran píldoras endulzadas para facilitar su saboreo. Se sabe que los médicos egipcios de la XX Dinastía, hacia el final del llamado Imperio Nuevo, hace más de tres mil años, recetaban pastillas o caramelos duros.

Lo hacían como remedio casero para la tos, ya que se había comprobado que era un buen remedio natural para la garganta a la vez que la humedecían calmando los accesos: estaban hechos con miel, menta piperina, todo tipo de hierbas y especias, añadiéndose a lo largo de los siglos los cítricos.

Aquel primer caramelo moderno, empleaba ya el azúcar como ingrediente principal. Estaban hechos a mano en un proceso sencillo. Se licuaba o hervía el azúcar que, hecha una pasta almibarada, se derramaba sobre los moldes a los que antes de que la masa se solidificara se añadía nueces o frutas que se moldeaba en diferentes formas.

Posteriormente se cortaban en pedazos de tamaño diverso tras aromatizarse con esencia de limón, rosa, violeta.

Solía mezclarse con sustancias medicinales como el malvavisco, el romero o la menta. Así se elaboraron hasta el siglo XVIII, en que aparecieron las primeras máquinas que hacían caramelos.