Gregorio Porras Vázquez
Prestador de Servicios Turísticos
Dueño era la esquina más famosa
Era maestro preparando las sangrías
Siempre atento de clientes, más de la hermosa
De cantinero y restaurantero
Pasó al altar, pero solo a servir a la virgen
Muchos panes tenía este aventurero
La pandemia no lo dejó, de adelantó un réquiem
Con el dolor de su corazón
Las puertas del santuario cerraron
A los visitantes desinfectaba
Le achacaron poner una antena
La muerte no le aviso
Llegó por el buen Goyo
Él con bigote se disfrazó
No pudo y lo mandaron al hoyo.
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