Sospechosismo” 113-C “
Por Octavio RODRÍGUEZ FIGUEROA
CHOLULA.- Si, ya se ha demostrado que mínimo, tres elecciones de presidente de la República fueron usurpadas mediante triquiñuelas, a los tres usurpadores, NO se les debería considerar como EXPRESIDENTES. No son más que unos delincuentes que ejercieron el poder en forma espuria, por lo que deberían ser remitidos de inmediato ante las autoridades correspondientes y responder no solo por lo que se robaron, sino también por el delito de usurpación de funciones, por lo que la consulta popular, la decisión de la Cámara y del Presidente, salen sobrando, si se aplicara la ley, como debe ser.
El simple hecho de que nos convirtieran en un NARCO ESTADO, es causa física y moral hasta para pasarlos por las armas. Son ellos los que pegaron el grito en el cielo, cuando alguien dijo que México se podría colombianizar y fue al contrario. Los juramentos que hicieron, los violaron, lo que también significa traición. Nada los ampara, excepto el intringûilis de nuestras leyes, donde los procesos para la elite rateril, es muy diferente a la de los demás ciudadanos.
El que de Santo Resbala, Hasta ser Diablo no Para
Después de más de 500 años de saqueo indiscriminado e intenso de nuestro suelo, por propios y extraños (Más por propios), hoy hay una esperanza de que se le ponga punto final, pero para eso tiene que haber un escarmiento. La eliminación del fuero presidencial, creo que no era necesaria.
Este se creó para garantizar el derecho de opinión y la libertad de palabra, pero se ha usado para esconder sus tranzas. Debió solamente reglamentarse y no quitarlo totalmente. Mejor sería aclarar el delito de traición a la Patria y hacerlo retroactivo e imprescriptible, para que no escapen los vivales, por el correr del tiempo, ni se valga “El borrón y cuenta nueva” protegiendo así la impunidad y nos sigamos quedando como el chinito.