Por Braulio PAISANO
PUEBLA. A bese de pura miseria la dirigencia estatal de Partido Revolucionario Institucional pretende hacer flotar las legiones de simpatizantes y correligionarios; con promesas de pago de servicios Néstor Camarillo Medina logró que las estructuras apoyaran la alianza con los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática que llevaron a candidatos que aun sin pertenecer a la militancia dirigirán municipios y representarán a los ciudadanos poblanos.
En una rueda de prensa, medio centenar delegados, representados por un puño de valientes dispuestos a defender los derechos de las bases, denunciaron la traición y la falta de valores del dirigente que hoy pretende, por si fuera poco, reelegirse en su posición y continuar su desgobierno político.
A resumidas cuentas, ante el reclamo de los coordinadores regionales que aducen un adeudo de al menos 20 mil pesos a cada uno de los 52 delegados del interior, el dirigente envió emisarios con sendos mensajes sicilianos, el primero para escupir a los quejosos que ya se les ha pagado hasta la risa, cosa que pese a sus verborreas no lograron sostener, porque una cosa es tener unos datos y otra cosa mostrar los pelos. Y aunque en dicho mensaje existe algo de verdad, porque en efecto, reconocen los representantes, se le dio un “paguito” como en Elektra, el compromiso de Nestor fue abonar 20 mil más a los capitanes tricolores que ante la promesa de pago coordinaron, sobre todo en el interior del estado, las campañas de su abanderados, sin filias y ni fobias.
El segundo mensaje fue más discreto y directo, con el método de la intimidación, vía llamadas telefónicas, de ninguna manera sutiles, les han echo saber que sus propias vidas y las de sus familias están en juego, lo que no se duda sí tomamos en cuenta la procedencia “Quecholteca” y “Triuágulo Scarlatero” del presidente del PRI, de donde en algún momento no tan lejano fue cabeza.
Las circunstancias son claras, uno pesos valen más que 52 almas comprometidas con el ideario revolucionario, unos pesos son lo más importante que la mal parida “unidad partidista” y que el “consenso” lo cierto es que una cosa son sus vericuetos discursos de miel y hiel, y otra muy distinta la explotación indiscriminada, deshumanizada y vulgar de la estructura.
Otra cosa es cierta, Néstor Camarillo sabe que su cabeza al frente del “partidazo” está a punto de rodar, de tal, que con migajas y mediando amenazas le entregó a algunos cuantos delegados, la mísera cantidad de 2 mil o 2 mil quinientos pesos 24 horas antes de la realización de la denuncia pública de los delegados.
Alguien que le explique a Camarillo, la unidad se construye cumpliendo acuerdos, la unidad se alcanza abrazando valores, y que lo que se dice con la boca se sostiene con la voluntad de hacerlo, porque no es necesario manchar más la siglas del partido.