CHOLULA.- Se escucha por ahí que la ciudadanía en general está muy atenta a las jornadas de vacunación. Quienes recibieron la primera dosis, en municipios como San Pedro Cholula, Cuautlancingo, Coronango, Huejotzingo, Texmelucan, se preguntan ¿Para cuándo la segunda dosis? Pero también están aquellos otros municipios a donde no ha llegado ni la primera dosis, sintiéndose relegados. Han comprendido y entendido que no se puede tener la cantidad suficiente como para vacunar de manera simultánea a todos los mexicanos. Sin embargo, surge ora pregunta ¿En base a qué decidieron a quienes primero, y a quienes en una segunda, tercera o cuarta jornada?, esto hablando de municipios, porque en cuanto a los rangos de edades, es por ser más vulnerables las personas con más edad. ¿Será? Se escucha por ahí que ni el mismo gobierno federal, sabe cómo designaron los municipios, pareciera ser que solo se levantaron y viéndose al espejo señalaron -Ahora, que le toque a…- y listo, a darlo a conocer. ¿Será? Se escucha pro ahí que muchos profesionales de la salud, se sintieron orgullosos por el sistema de vacunación que se tenía en el país, pero con eso de la 4T, de pretender borrar el pasado del país, le dieron en la madre y por ello, hoy inventan, reinventan, se quieren lucir, y como dicen por ahí y con mucha razón -el pueblo es sabio- y cuando lo escuchan las cosas salen bien. Así que estimados lectores, todos con calma, con paciencia, ya falta menos para que les toque, a unos la segunda dosis y otros, la primera, pero a todos les tocará. ¿Será? Se escucha por ahí que mientras unos piensan en la vacuna, otros se olvidaron de la pandemia, se fueron de vacaciones, disfrutaron las playas, o algún lugar turístico. Ahora se esperan los efectos, incluso algunos ya los están sufriendo. Quienes han sufrido los efectos de la pandemia, aquellos que se cuidan al máximo, consideran que a todos esos “estresados”, los deberían de dejar sin los servicios médicos, que al final de cuentas son muy caros y quien los paga físicamente es el gobierno, pero con el dinero del pueblo, un pueblo que en su mayoría se cuida, acata las disposiciones, pero ya saben ustedes que no faltan los “inteligentes”, los “ingeniosos”, y son a esos a los que se les debería de castigar de alguna manera para que aprendan a respetar a los demás ¿Será? Se escucha por ahí que quienes sufriendo siguen aguantando, son quienes trabajan en Seguridad Pública, en donde se han tenido muchos casos de contagiados por cumplir con su deber. Ven con impotencia, como el gobierno federal, determina vacunar a los maestros, quienes también tienen derecho, pero que han estado en casita, se supone que dando clases de manera virtual, por eso les pagan su salario íntegro, como debe ser. Pero los policías, los de vialidad, protección civil, bomberos y demás personal que tiene contacto con la ciudadanía, y que no saben si han tenido que arrestar, infraccionar o salvar a un ciudadano contagiado, no están siendo contemplados para la vacuna, al menos no de manera especial, les tocará cuando el rango de su edad, se los permita, y eso si no es que por andar de servicio no pueden acudir a vacunarse. ¿Será? Se escucha por ahí que se deben de replantearse las estrategias de vacunación, en cuánto a lo que es “primera línea de combate” que sin lugar a dudas son los trabajadores de la salud, y con respeto sea dicho, no todos. Pero hay una segunda línea, y se consideran deberían ser los de seguridad pública. Luego el resto de la población. ¿Será? Se escucha por ahí que las fiestas, tanto particulares, como públicas, no se han suspendido del todo. El gobierno, no puede estar teniendo enfrentamientos con los necios, esos para quienes primero es la tradición, la costumbre, la fiesta, y luego la autoridad, y la salud al último. Los encuentros deportivos, de igual manera, no respetan las medidas sanitarias. Y es cuando muchos se preguntan, si no los sancionan, si hacen lo que les viene en gana, porque no dejar que los establecimientos deportivos de igual manera ya trabajen, y quienes acudan lo hagan bajo su responsabilidad, conscientes de que corren el riesgo de contagiarse. En todos los casos, sin enferman, que con sus propios recursos económicos encaren la enfermedad, porque saben a los riesgo que van. Abuuuuuuuuuuuuurrrrrrrrrrrrr.