* En 2024, ciudades de todo el mundo participaron en este evento, en un contexto de preocupación por el aumento de fenómenos climáticos extremos debido al calentamiento global
MÉXICO.- Un total de 124 países de todo el mundo apagaron las luces de sus principales monumentos y cientos de miles de personas suman más de 332 mil horas dedicadas al cuidado del planeta en un movimiento global para sensibilizar sobre la crisis climática.
La organización Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) ha celebrado este viernes 23 de marzo su gran campaña internacional ‘La Hora del Planeta’, un movimiento para invitar a las personas, gobiernos y empresas a apagar la luz durante una hora y reflexionar sobre los desafíos medioambientales.
¿Qué es La Hola del Planeta?
La Hora del Planeta, que se ha convertido en la mayor campaña mundial de movilización sobre el medio ambiente, consiste en apagar la luz entre las 20:30 y las 21:30 (hora local de cada país) para actuar contra el cambio climático y surgió en Sidney (Australia) en 2007 para llamar la atención sobre el cambio climático.
En su decimoctava edición, la iniciativa ha involucrado a cientos de miles de personas de todo el mundo que han decidido dedicar una hora de su tiempo a actividades sostenibles y responsables con la naturaleza.
124 países apagan sus luces en 2024
Horas antes ya se había apagado la Ópera de Sídney, la Torre de Tokio o el Estadio Nacional de Pekín; y lo mismo ha ido ocurriendo en el resto del mundo a medida que el reloj señala en cada ciudad las ocho y media de la noche: el London Eye, la Torre Eiffel de París, el Coliseo de Roma, la Basílica Vaticana, la Puerta de Brandemburgo en Berlín…
En América, entre los iconos protagonistas de este apagón destacan el neoyorkino Empire State Building, las Cataratas del Niágara y el Cristo Redentor de Rió de Janeiro, unidos por una iniciativa que atraviesa al mundo después de que 2023 se convirtiera en el año más cálido en la Tierra desde que existen registros, trayendo consigo fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones, sequías u olas de calor.