Amarillismo de élite Por Alejandro MARIO FONSECA

De dos peligros debe cuidarse el hombre nuevo: de la derecha cuando es diestra, de la izquierda cuando es siniestra”  

Mario Benedetti

CHOLULA.- 2023  es un año que de entrada nos amenaza. Apenas inicia y ya escuchamos y leemos (a diestra y siniestra) advertencias excesivamente exageradas, yo diría que paranoicas, sobre el futuro inmediato que estamos por vivir. Juzgue usted amable lector.

Para ello, tomo un ejemplo paradigmático, la editorial de la revista Letras Libres que acaba de salir a la venta:

“Transcurridos dos tercios del sexenio, con altos niveles de violencia, magros resultados en el combate a la pobreza y un ataque persistente contra las instituciones democráticas, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador parece más preocupado por consolidar su hegemonía que por atender los grandes problemas del país. En diversos ámbitos –la cultura, los servicios educativos y de salud, el sector energético– los mexicanos hemos sido testigos de un minucioso trabajo de demolición en nombre de una nueva forma de hacer política, que ha terminado pareciéndose, en muchos aspectos, al priismo clásico que creíamos desterrado. En este examen de los saldos gubernamentales –de la excesiva participación militar al manejo discrecional de los recursos públicos–, Letras Libres busca llamar la atención sobre los focos rojos de una administración empeñada en medir sus logros solo con encuestas de popularidad”. 

Y lo más interesante de este juicio sumario contra la administración del Presidente López Obrador y su proyecto, es ya no tanto las verdades a medias que es muy fácil desmenuzar y aclarar, sino su desmesurado amarillismo.

Vaya cosa, ni siquiera es necesario abrir la revista y leer la editorial y el contenido de los ensayos en que se apoya, tan sólo basta con ver la imagen de la portada: un mapa de nuestro país hecho trizas a la mitad en un pica papeles para oficina.

Pero lo más sorprendente es que los responsables del entuerto hayan elegido el color amarillo. Como si los hubiese traicionado el subconsciente.

La idea de amarillismo es propia del periodismo irresponsable. Se trata del estilo al que le apuestan aquellos empresarios que optan por el sensacionalismo: es decir, que intentan generar sensaciones o emociones con el material que presentan.

En México el paradigma del amarillismo fue el periódico Alarma, que luego fue revista. Cuando yo era niño veía con asco sus portadas en los puestos de periódicos, que además eran amarillas literalmente.

Me acuerdo de una en particular que mostraba en una charola la cabeza y los restos de un bebe que había sido devorado por un perro. Sus mayores “éxitos” fueron los que dedicó al tema de las poquianchis; sus temas más recurrentes eran sobre homosexuales y desastres naturales. Era lo que vendía.

A nivel general, puede decirse que el amarillismo se caracteriza por sus titulares de gran tamaño y sus fotografías explícitas. Su lenguaje suele ser informal o incluso vulgar, incluyendo  opiniones o juicios de valor que generan polémica. Sin embargo, el  lenguaje vulgar no es propio de la revista Letra Libres es por ello que me atrevo a calificar el desaguisado como un “amarillismo de élite”.