Por Octavio RODRÍGUEZ FIGUEROA
Ei garrotazo que el INE le asestó a la democracia, mediante la suspensión de las candidaturas de Macedonio Y Morón, por parte de LORENZO Córdoba, Murayama y otros secuaces, no es más que una muestra del poder que aún tienen los personajes de la oposición, mediante el dinero. Personajes que ante la evidencia de sus delitos, nada se ha hecho para juzgarlos. La maraña legal que se ejerce en México, hace que estos individuos disfruten de una libertad inmerecida, con un cinismo que se está volviendo profesional. Las redes sociales, denuncian y animan a la sociedad con el “Ahora sí” van a procesar a fulano, mengano o perengano, pero la verdad nada es cierto. La justicia en ese sentido, es decir, para esos personajes a los que logran fincarles responsabilidades, realmente es muy lenta, demasiado lenta. Pensamos que si a Lozoya no se le hubiera procesado y convertido en “Soplón”, las cosas seguirían igual.
Una Cosa es una Cosa y Otra Cosa, es Otra Cosa
Cierto que AMLO no es partidario de la venganza, estamos de acuerdo. Pero no se trata de eso, sino de hacer JUSTICIA al pueblo mexicano. Sus respetables sentimientos son una cosa y la justicia es otra. Muchos años se ha hablado de Carlos Salinas y los demás Presidentes, vende patrias, pero en los hechos no se avanza absolutamente nada para juzgarlos, aunque la sociedad esté ávida de ver cuando menos a uno de ellos en la cárcel y no por morbo, sino por merecimiento. Si varios de ellos fueron PRESIDENTES ESPURIOS, se les debe dar el mismo trato que cualquier ciudadano común y corriente y no protegerlos bajo ninguna investidura, máxime que son delincuentes de alto nivel. Ninguno de los tres poderes toma estos casos en su agenda y da lugar a que sus personajes incrustados en el poder actual, hagan de las suyas como el reciente “CORDOBAZO” del INE.