* Junto a sus seres queridos, fue a dar gracias a dios
Por Epigmenio ROJAS CASTRO
CHOLULA.- A la edad de las ilusiones, de los sueños y anhelos, llegó Mia Amairany Pérez Toxqui, quien acompañada de sus seres queridos, acudió hasta el altar del convento de san Gabriel, a dar gracias por haber podido cumplir sus primeros XV años, con la compañía de su mamá Andrea Toxqui, y sus hermanos.
Luciendo un vaporoso vestido, color palo de rosa, la encantadora Mia, acompañada de su mamá Andrea Toxqui Rojas, de sus hermanos Leonel y Jesús, llegó al convento franciscano de san Gabriel, en donde ya familiares y amigos, al igual que sus padrinos Dr. Carlos Rojas Limón y Dra. Viridiana Rodríguez, le aguardaban para caminar por el pasillo central y llegar al pie del altar donde el sacerdote les aguardaba.
Bellas fueron las palabras del sacerdote resaltando los dotes de tan angelical jovencita, quien irradiaba hermosura y alegría, atenta escuchando todo y agradeciendo al creador el permitirle llegar a tan hermosa edad de toda mujer, sus XV años, sus XV primaveras, cuando se deja de ser niña, para ser mujer, una mujer emprendedora, luchadora y con muchas aspiraciones para lograr sus metas trazadas.
Al finalizar la homilía, se dedicaron varios minutos para que sus seres queridos se tomaran la fotografía del recuerdo con ella, y posteriormente trasladarse al salón social en donde compartieron el pan y la sal, además de bailar varias horas.
En la pista del salón, Mia Amairany, bailó su primer vals, con su chambelanes, luciendo en cada momento, invitando a todos a disfrutar de esos momentos que quedaron grabados en su corazón y mente, además de un baile moderno, y al final una bella melodía en el saxofón, acompañada de su hermano Jesús, y rematando con la entrega de un ramo de flores a su mamá Andrea Toxqui Rojas, quien le apoya, la impulsa, la conduce por el buen camino.
Mientras que los invitados compartían el pan y la sal, la festejada aprovechó para recorrer las mesas y agradecer de manera especial a todos por estar una vez más a su lado, acompañándola, iniciando con su abuela Lucinda Rojas Castro.