«Cuando el ciclo escolar comienza pinchado: el regreso a clases como deuda social»

 

Por: Mtro. Gerardo Galicia

* El regreso a clases ya no es un trámite, es una carga económica

Según ANPEC, el gasto promedio por estudiante asciende a 10 916 pesos, lo que supone un aumento del 12.66 % respecto al año anterior .

Este desembolso incluye útiles, uniformes, calzado, colegio, limpieza, entre otros, y en muchos casos sobrepasa con creces la lista oficial de la Secretaría de Educación Pública, que solo contempla lo básico .

Cuando lo oficial queda corto y lo real explota el presupuesto familiar

La Profeco estimó el costo promedio de la lista básica de útiles entre 305 pesos (primaria baja) y 436 pesos (secundaria) .

Sin embargo, los requerimientos adicionales de muchos planteles elevan el costo real de útiles a hasta 3 300 pesos o más por alumno .

En Puebla, familias reportan haber gastado más de 3 000 pesos solo en útiles, sin incluir uniformes; otros estiman un desembolso total por familia de hasta 11 000 pesos .

El costo local en Puebla: una verdadera cuesta económica

Una encuesta en Puebla encontró que el gasto promedio por familia es de 3 650 pesos, aunque el rango va de 98 a 15 000 pesos, dependiendo del número de hijos, el tipo de escuela (pública o privada) y los requisitos del plantel .

El 66 % de los padres calificó el costo como “pesado” y el 16 % como “muy pesado” .

Se suman cuotas escolares (que suelen ser “voluntarias” pero casi obligatorias) de 2 500 pesos, uniformes (hasta 4 400 pesos por alumno) y artículos de limpieza (cerca de 330 pesos) .

La pobreza estructural exacerba la crisis

En México, 29.6 % de la población vive en pobreza multidimensional y 5.3 % en pobreza extrema .

En Puebla, la tasa es mucho más alarmante: 43.4 % en pobreza multidimensional (aprox. 2.86 millones de personas) y 7.3 % en pobreza extrema (casi 481 000 personas) .

El estado ocupa el quinto lugar nacional en pobreza multidimensional y extrema, solo detrás de Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Veracruz .

La desigualdad, un factor doblemente dañino

En Puebla, 67.7 % de la población no tiene acceso a seguridad social, 47.3 % carece de servicios de salud, y 22.7 % sufre rezago educativo, lo que limita aún más las oportunidades para enfrentar estos gastos .

En 2020, 54 % de los poblanos no podían adquirir la canasta básica con sus ingresos laborales; muchos vivían en pobreza laboral de facto .

El regreso a clases ya no es simplemente un regreso: es un castigo económico que robustece las deudas sociales a las que muchas familias mexicanas ya estaban sometidas. En Puebla, ese golpe cobra mayor dimensión, en un contexto donde casi la mitad de la población vive en condiciones de pobreza multidimensional, con limitaciones en salud, educación y seguridad social.

Las escuelas públicas, lejos de ser un remedio educativo, muchas veces se convierten en alias de la fuente de deuda anual: cuotas, uniformes, limpieza, útiles que ya deberían estar garantizados por el Estado.

¿Solución? Urgente:

Políticas públicas urgentes y focalizadas, que incluyan becas o apoyos directos en Puebla para evitar que los hogares se endeuden.

Transparencia y regulación efectiva de los costos que las escuelas (públicas y privadas) solicitan, con vigilancia real de Profeco y activación de sanciones.

Rediseño del sistema de subsidios para que el Estado garantice los materiales básicos y no solo promesas que no llegan a quienes más lo necesitan.

Este regreso a clases no debería marcar una nueva deuda silenciosa, sino un avance para romper ciclos de pobreza. Sin ese cambio radical, seguiremos construyendo una escuela desigual, financiada por las lágrimas y sacrificios del hogar más humilde.