Mis queridas y queridos lectores a pesar de los avances en materia de igualdad de género en las últimas décadas, las mujeres en todo el mundo siguen enfrentando múltiples formas de desigualdad que limitan su desarrollo personal, profesional y social. Estas desigualdades están profundamente arraigadas en estructuras económicas, políticas y culturales que perpetúan la discriminación y la exclusión.
Brechas salariales y laborales
Una de las expresiones más evidentes de la desigualdad es la brecha salarial. Según ONU Mujeres, a nivel mundial las mujeres ganan en promedio un 77% de lo que ganan los hombres por el mismo trabajo. Además, las mujeres están sobrerrepresentadas en empleos informales, precarios y mal remunerados, y muchas veces se les niega el acceso a cargos directivos o de liderazgo.
Violencia de género
La violencia contra las mujeres sigue siendo una pandemia global. Se estima que 1 de cada 3 mujeres ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida. Esta violencia no solo ocurre en el ámbito privado, sino también en espacios públicos, laborales y digitales. En algunos países, las leyes no ofrecen suficiente protección, y en otros, los sistemas judiciales fallan en garantizar justicia a las víctimas.
Educación y acceso a oportunidades
En muchas regiones del mundo, especialmente en zonas rurales o afectadas por conflictos, las niñas y mujeres jóvenes enfrentan obstáculos para acceder a una educación de calidad. La pobreza, los matrimonios forzados y las responsabilidades domésticas tempranas impiden que millones de niñas terminen sus estudios, lo que limita su capacidad para romper el ciclo de la pobreza.
Participación política y toma de decisiones
Aunque ha habido avances en la representación política de las mujeres, la desigualdad sigue siendo significativa. A nivel global, solo alrededor del 26% de los escaños parlamentarios están ocupados por mujeres. La participación de las mujeres en espacios de poder es fundamental para construir sociedades más inclusivas y equitativas.
Salud y derechos reproductivos
En muchos países, las mujeres carecen de acceso a servicios de salud adecuados, incluyendo atención ginecológica, anticonceptivos y educación sexual. La negación del derecho a decidir sobre sus cuerpos, junto con legislaciones restrictivas sobre el aborto, pone en riesgo su salud física y mental.
Hacia un futuro más equitativo
La lucha por la igualdad de género no es solo una cuestión de justicia social, sino también de desarrollo sostenible. Diversos estudios han demostrado que las sociedades más equitativas son también más prósperas, innovadoras y pacíficas. Para lograr un verdadero cambio, se requiere la acción conjunta de gobiernos, instituciones, empresas y ciudadanía para desmontar los sistemas de opresión y construir una cultura basada en el respeto, la equidad y la dignidad para todas las personas.