* Adornaban salón de banquetes * El tema dominante del ciclo de frescos es el heroísmo, a través de representaciones de parejas de héroes y deidades protagonistas de la guerra de Troya
ITALIA.- En la antigua ciudad de Pompeya, en Italia, que fue enterrada en lava y cenizas en el año 79, tras la erupción del monte Vesubio, un equipo de arqueólogos descubrió una serie de frescos inspirados en la guerra de Troya.
Estos frescos y varias obras de arte adornaban una sala de banquetes que servía como centro de reuniones.
En uno de los frescos se puede ver a Helena de Troya, esposa del rey de Esparta, reuniéndose con Paris, el príncipe de Troya.
En otro puede verse al Dios griego Apolo tratando de seducir a la sacerdotisa Casandra.
O el de Casandra, hermana de Paris, y al dios Apolo, cuando recibe el don de ver el futuro, aunque sus predicciones nunca fuesen creídas, ni siquiera por su familia.
Así advierte en vano a sus compatriotas que el caballo ofrecido por los griegos era un subterfugio que llevaría a Troya a su perdición.
“La presencia frecuente de figuras mitológicas sobre los frescos en las habitaciones de recepción de las casas romanas tenía precisamente la función social de entretener a los invitados y comensales, proporcionando temas de conversación y reflexión sobre el sentido de la existencia”
Los arqueólogos detallan que las paredes de este sitio estaban pintadas de negro y con la luz de las lámparas daba un efecto visual donde parecía que las imágenes se movían.
La habitación de dimensiones imponentes presenta refinadas decoraciones de temas mitológicos en paredes de fondo negro y mosaicos, que atestiguan sobre el modo de vida lujoso reinante en la ciudad antigua.
El tema dominante del ciclo de frescos es el heroísmo, a través de representaciones de parejas de héroes y deidades protagonistas de la guerra de Troya.
Pero estas pinturas también evocan el destino y las maneras en que los seres humanos pueden cambiarlo.
El director de Pompeya, el italo-alemán Gabriel Zuchtriegel, señaló:
“En esta sala, se reunían para banquetes después de la puesta del sol. La luz de las lamparillas daba la impresión de que las imágenes pintadas se movían, sobre todo después de algunas copas de buen vino”
La ceniza volcánica escupida hace 2 mil años por el Vesubio se sedimentó en la mayoría de las viviendas de Pompeya, lo que permitió preservarlas casi íntegramente, al igual que muchos de los cuerpos de los 3 mil muertos que causó la catástrofe.
Catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, Pompeya, el segundo sitio turístico más visitado de Italia después del Coliseo de Roma, ocupa una superficie total de unas 22 hectáreas, de las cuales un tercio está aún enterrado bajo las cenizas.
Con información de AFP