Por Gemma GRACIAN
CHOLULA.- Mis queridas y queridos lectores, ya estamos en epoca electoral y en la política, como campo de servicio público y toma de decisiones, debería atraer a individuos comprometidos, éticos y competentes. Sin embargo, lamentablemente, en muchos casos, nos encontramos con lo opuesto: personas cuyos perfiles dejan mucho que desear. Estos «pésimos perfiles» en la política representan un problema sistémico que mina la confianza pública y obstaculiza el progreso.
1.- Falta de Integridad:
Uno de los rasgos más preocupantes en los pésimos perfiles políticos es la falta de integridad. Esto se manifiesta a través de actos de corrupción, soborno, nepotismo y falta de transparencia en la toma de decisiones. La ausencia de integridad socava la confianza de los ciudadanos en el sistema político y puede conducir a un aumento de la desigualdad y la injusticia.
2.- Incompetencia:
Muchas veces, los pésimos perfiles en la política carecen de la competencia necesaria para ocupar sus cargos. Esto puede deberse a una falta de educación, experiencia o habilidades de liderazgo. La incompetencia conduce a políticas deficientes y a una mala gestión de los recursos públicos, lo que puede tener graves consecuencias para el bienestar de la sociedad.
- Actitudes Divisivas:
Algunos políticos adoptan actitudes divisivas y polarizadoras como estrategia para ganar apoyo. Estas actitudes fomentan la discordia social y dificultan la colaboración y el consenso entre diferentes grupos. En lugar de buscar soluciones inclusivas y constructivas, estos políticos optan por la confrontación y la hostilidad, lo que debilita el tejido social y obstaculiza el progreso.
- Falta de Empatía:
Los pésimos perfiles en la política a menudo carecen de empatía hacia los ciudadanos a los que están llamados a servir. Ignoran las necesidades y preocupaciones de las personas que representan y priorizan sus propios intereses o los de sus patrocinadores políticos. Esta falta de empatía puede exacerbar los problemas sociales y económicos, creando divisiones y aumentando la alienación de ciertos grupos.
- Desconexión con la Realidad:
Algunos políticos caen en una burbuja de privilegio y poder que los desconecta por completo de la realidad de la vida de sus electores. Esta desconexión puede manifestarse en políticas y decisiones que no reflejan las verdaderas necesidades y preocupaciones de la población. Como resultado, se agravan los problemas sociales y se profundizan las divisiones entre gobernantes y gobernados.
Los pésimos perfiles en la política representan una amenaza para la salud de la democracia y el bienestar de la sociedad en su conjunto. Es imperativo que los ciudadanos estén alerta ante estos rasgos y exijan responsabilidad y transparencia a aquellos que ocupan cargos públicos. Solo así podremos construir un sistema político que realmente sirva a los intereses de todos los ciudadanos.