ATLIXCO.- Como suele ocurrir cada año, en el zócalo de la ciudad se concentraron decenas de pequeños, cientos de familias quienes disfrutaron la noche del 31, de esta tradición que ha venido de generación en generación y es así como no la dejan morir, y es que esos pequeños además se disfrazan y desde días de anticipación se van emocionando esperando la noche del 31.
Estaba empezando a caer la sombra de la noche del 31 de octubre, poco a poco iban llegando las familias al zócalo, los pequeños ataviados con un traje propio de la temporada, momia, fantasma, monjas, diablos, dinosaurios, en fin de acuerdo a su gusto, algunos solo pintados de la cara, pero todos con su calaverita, de plástico, natural e incuso de cartón, para recibir los dulces o monedas, su “calaverita”.
La tradición marca que los días para salir a pedir “para mi calaverita”, son el 30 y 31 de octubre, aunque hay quienes desde el 27 ya andan recorriendo las calles, pero es el 31 cuando se concentran todos en el zócalo, con sus familias.
Poco después de las 21 horas un grupo de bikers con máscara llenaron de ruidos esa zona la cual poco a poco comenzó a despejarse.
Una catrina gigante hecha de maíz por las manos de estudiantes bajo la supervisión de productores de legumbres quedó plasmada este martes en el interior del pequeño parque de la colonia Cabrera, a 15 minutos de la cabecera.