SAN ANDRÉS.- Hay algo que han olvidado nuestros futuros aspirantes a cargos de elección popular en todos los niveles federales, estatales y municipales, así como sociales. El nepotismo en la administración pública de México es la práctica de otorgar empleos, cargos o beneficios a familiares o amigos cercanos, en lugar de seleccionar a la persona más calificada para el puesto mediante un proceso de selección justo y transparente. Esta práctica pública puede incluir la contratación de familiares en puestos, la promoción de parientes a puestos de mayor responsabilidad o el uso de influencias para asegurar que los familiares obtengan contratos gubernamentales.
El nepotismo es considerado una forma de corrupción y puede tener consecuencias negativas en la eficiencia y la eficacia de la administración pública, ya que se prioriza el vínculo familiar sobre la capacidad y la competencia para realizar el trabajo. En México, el nepotismo es considerado una violación a la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos y puede ser sancionado por las autoridades correspondientes.
En México, el nepotismo es considerado una violación a la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, por lo que las sanciones pueden variar dependiendo de la gravedad de la infracción y de las circunstancias específicas del caso.
Entre las posibles sanciones por nepotismo en la administración pública se encuentran la destitución del cargo, la inhabilitación para ocupar cargos públicos, la multa económica y la obligación de restituir los recursos públicos que se han obtenido de forma ilegal.
Además, existen otras leyes y reglamentos que también pueden aplicarse en casos de nepotismo, como la Ley General de Responsabilidades Administrativas, la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, entre otras.
Es importante destacar que la sanción por nepotismo no solo afecta al servidor público que cometió la infracción, sino que también puede afectar a la institución en la que se desempeña, la cual puede perder credibilidad y confianza de la ciudadanía al ser vista como poco transparente o injusta en sus decisiones.
Sin embargo, muchos funcionarios en la actualidad hacen uso de mecanismos defensorios para evadir responsabilidades administrativas con argumentos de violentar el derecho a participar en cargos públicos.
Como se ha destacado en investigaciones anteriores, “El poder no es de unas cuantas familias, debe rotarse y debe compartirse entre todos los ciudadanos, que son el poder supremo y soberano y que tiene la fuerza de señalar, corregir y exigir que no exista corrupción en esta materia.
Y es que en ese sentido, hay que destacar que, la violencia política de género se refiere a cualquier forma de violencia, acoso, discriminación o agresión que se dirige específicamente hacia una persona debido a su género en el contexto de la participación política. Se trata de un fenómeno que afecta a mujeres y personas de género diverso que se encuentran involucradas en la vida política, ya sea como candidatas, líderes políticos, activistas o simplemente como ciudadanas que ejercen su derecho a participar en el ámbito político.
¿Pero qué pasa cuando ya están en cargo y familiares en línea consanguínea directa participan?
Si bien es cierto que existen lagunas legales en la actualidad, es por eso que se justifican de argucias metas constitucionales, hay actos que no están señalados en la ley y en las normas secundarias pero se hacen de manera deliberada o amañada a necesidades particulares.
Nadie por encima del derecho de hombres y mujeres o viceversa porque la forma de violencia puede manifestarse de diversas maneras, como el uso de lenguaje sexista y estereotipos de género para desacreditar a las mujeres políticas, la difusión de información falsa o difamatoria para perjudicar su reputación, el acoso sexual, las amenazas de violencia física o sexual , el boicot o sabotaje de su participación política, entre otras formas de hostigamiento y violencia.
¿Entonces, se violenta el derecho de político de genero a medios de comunicación y libertad de expresión al señalar tales actos de muchos funcionarios que tienen familiares en la vida pública?
La violencia política de género busca desalentar, deslegitimar y silenciar la participación política de las mujeres y personas de género diverso, perpetuando desigualdades y obstaculizando el acceso equitativo al poder y la toma de decisiones en los límites políticos.
¿Solo existe violencia política de género de las mujeres?
¿Y los hombres?
¡Si quieren gobernar familias no!
Señalar “acabar con un patriarcado” ¿qué significa?
¿Destruirlos? ¿Exterminarlos?
¿Mero discurso populista para ganar votos?
Tales señalamientos como “acabar con un patriarcado” es símbolo de violencia hacia el género masculino, y más cuando viene de alguien que quiere volver a gobernar con impulsos hacia alguien que tiene línea directa consanguínea.
¿O no?
No todos son iguales y por unos no deben pagar estereotipos machistas del pasado en la actualidad y eso se tiene que defender y eso se tiene que decir.
Es importante combatir y erradicar la violencia política de género, promoviendo la igualdad de oportunidades y el respeto a los derechos humanos en todos los ámbitos de la vida política y social entre mujeres y hombres y más cuando se busca y se pretende un cargo donde lo que debe prevalecer es la armonía, la igualdad, la no polarización social y de género y la tolerancia. Toda figura pública está expuesta a señalamientos de todo tipo y el argot mexicano es uno de los más importantes en la picardía de todos los mexicanos, más en la política.
Pero sobre todo una tolerancia participativa donde no existan justificaciones falsas a derechos que les corresponden a todos señalar y sobre todo que todas y todos participen, eso es pluralidad, eso son principios de la democracia y sobre todo de evitarlo para que no sean señalados. Los actos como el nepotismo son parte de temas de faltas administrativas, y de la función pública que están señalados y deben ser inmediatamente separados de cargos de acuerdo a las actividades que lo justifiquen.
Nada personal.