Por Nancy LUNA SORCIA
CHOLULA.- Los tiempos cambian y lo que antes era cool ahora probablemente no lo es. O viceversa. Como sea, aquí te contaremos la historia de dichos objetos que pasaron de la gloria a lo común y corriente.
Piña
Dentro del montón de cosas que descubrieron los españoles y portugueses al poner un pie en América, quizás una de las que más les llamó la atención fue la piña. Este fruto que ahora se vuelve tan popular para el 18 en su versión de helado para preparar “terremotos”, fue en otra época un artefacto de lujo.
Y ojo, que no dijimos “artefacto” al azar. Era considerada un objeto tan preciado que terminó siendo utilizada principalmente como un producto decorativo. Tanto así, que hasta se podía encontrar en pinturas del siglo XVII, como en esta obra que muestra cómo una persona (probablemente el jardinero real) le entrega una piña como ofrenda al Rey Carlos II de Inglaterra.
Lápices de mina amarillos
Antes de 1889, la mayoría de los lápices de grafito o mina eran muy parecidos porque se solían dejar con el color natural de la madera. De hecho, solo se pintaban cuando estos venían con alguna imperfección que querían recubrir con la pintura. El problema es que al final todos los buenos lápices se veían prácticamente iguales, así que tampoco podían sacarle tanto provecho.
Tulipanes
Cuando se habla de los tulipanes generalmente terminamos pensando en Holanda… porque allá hay varios, ¿no? Pero la verdad es que el origen de estas flores está en Turquía, en donde eran consideradas una flor sagrada. Con toda esa “loca moda” del comercio de cosas lujosas y fantásticas de oriente, en el siglo XVI comenzaron a llegar a los Países Bajos los primeros ejemplares y se desató la euforia. Nació la tulipomanía, literalmente.
Telas moradas
En la Edad Media las mujeres solían encargarse de teñir sus vestidos. Para esto utilizaban un montón de productos que podían ser partes de insectos, cáscaras de nueces, flores, cebollas, camomilla, cúrcuma, etc. Pero no todos estos elementos eran igual de fácil para conseguirlos.
De hecho, habían unos que eran muy, muy escasos, como la caesalpinia o “madera brezel”: un árbol común en la India de donde sacaban extractos para teñir las prendas de morado. ¿Qué significó eso? Básicamente, que tener ropa de ese color era un lujo.