* Ministerios de Perú condenaron el incendio en la comisaría del distrito de Juli, en la región de Puno por parte de manifestantes
PERÚ.- Los ministerios peruanos de Defensa y del Interior condenaron enérgicamente el ataque e incendio de la comisaría del distrito de Juli, en Puno, cometido este sábado por manifestantes antigubernamentales y señaló que hay 27 heridos a raíz de los enfrentamientos en esa localidad.
En un comunicado conjunto, ambos ministerios señalaron que «aproximadamente 300 violentistas» atacaron la comisaría de Juli con piedras y objetos contundentes por varias horas, a pesar de los intentos del oficial a cargo de dialogar con los manifestantes.
La fuente oficial indicó que los efectivos intentaron repeler el ataque pero fueron rebasados en número por los «extremistas», quienes incendiaron diversas zonas de la comisaría con bombas tipo molotov.
A raíz del ataque resultaron heridos 10 policías, que fueron evacuados en helicóptero, y también 7 civiles que fueron atendidos en el hospital Rafael Ortiz Ravines.
El comunicado agregó que en forma paralela, otro grupo atacó la base militar de Juli, establecida temporalmente en un hotel, lo que provocó lesiones a 10 efectivos del Ejército, que presentan contusiones y cortes en cabeza y brazos.
Además, se produjo otro «condenable» ataque contra la sede del Poder Judicial y se quemaron vehículos de la comisaría, del personal de la Policía y de la patrulla militar.
El Ejecutivo agregó:
“La violencia contra instalaciones estatales, así como contra el personal policial y el servicio militar que se encuentra al interior de las mismas, no tiene justificación alguna, razón por lo cual se han iniciado las investigaciones para identificar a los responsables y entablar las acciones legales correspondientes”
Protestas se mantienen en el sur
La región de Puno, en la que se encuentra Juli, mantiene los bloqueos de caminos y paros de actividades desde enero pasado en que sus pobladores salieron a las calles a exigir la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y una dura represión provocó la muerte de 18 personas en la ciudad de Juliaca.
Esta semana una delegación de sus pobladores llegó a Lima para insistir en la demanda de elecciones generales anticipadas, pero un grupo de mujeres con sus hijos pequeños cargados, fueron reprimidas por la policía con gases lacrimógenos, lo que enervó a sus paisanos.
La Defensoría del Pueblo hizo un «llamado urgente a la calma y la no violencia en Juli» y añadió que corresponde a la Fiscalía investigar los hechos de violencia ocurridos este sábado y las causas de las lesiones ocasionadas a los heridos.
Lesiones por arma de fuego
Por su parte, la Red de Salud de Chucuito, en Puno, detalló que 7 de los heridos son atendidos en el hospital Rafael Ortiz Ravines de Juli, entre los cuales hay un menor de 13 años por intoxicación por gas lacrimógeno, y un hombre de 48 años con herida de bala en el brazo derecho.
El alcalde provincial de Chucuito-Juli, Víctor Raúl Anchapuri, pidió al gobierno y las fuerzas armadas y policiales a no reprimir a su pueblo, y «no utilizar armas de fuego u otros objetos que puedan herir a la población que se encuentra en pie de lucha», según un comunicado compartido en las redes sociales.
Por otro lado, en Lima, la marcha convocada en el centro de la capital se dividió en varios grupos porque la Policía impidió que avanzaran hacia el Palacio de Gobierno o el Congreso, y también recurrió a los gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, muchos de los cuales llegaron desde las regiones sureñas de Puno o Apurímac.
Desde diciembre pasado, cuando estallaron las protestas después del fallido golpe de Estado del ex-presidente Pedro Castillo, han muerto 70 personas a raíz d
Con información de EFE.