Por Aldo COSTILLA ROJAS
CHOLULA.-El ex gobernador Miguel Barbosa consiguió colocar en la pugna por la sucesión a la gubernatura a tres de sus secretarios y al líder del Congreso. La secretaria de Economía, Olivia Salomón, el secretario de Salud, José Antonio Martínez y el ex secretario de Educación Melitón Lozano -a quién más tarde le recibió su renuncia y perdió la anuencia del gobernador- fueron en principio considerados como las corchetes del gobernador para ser candidatos de Morena al gobierno de la entidad. También se consideró al líder de la Cámara de Diputados, el hoy gobernador, Sergio Salomón Céspedes. A excepción del ex secretario Melitón que ha sido militante de la izquierda y quien ya ha ganado una elección por Morena -a presidente municipal de Izúcar- ninguno de los otros destapados posee una trayectoria en la izquierda poblana. Mucho menos han participado bajo las siglas del movimiento Lopezobradoristas. Por esta razón y el poco arraigo entre las bases sociales, las aspiraciones de los suscritos siempre quedaban en lejanos lugares en los sondeos y encuestas. El gran puntero es el senador Alejandro Armenta.
El gobernador insistía y candidateaba una y otra vez a sus corcholatas. Quizá veía cualidades en el diputado Céspedes como un operador eficiente o en la Secretaría Salomón a un fuerte enlace con los empresarios pero nunca penetraron entre el pueblo. Tras el lamentable deceso del gobernador, la carrera se ha truncado. Miguel Barbosa era una voz que sonaría a la hora de decidir al candidato, incluso se decía que estaba en condiciones de imponer frente a la diligencia nacional a su delfín. Sin esta voz, las corcholatas están prácticamente fuera del escenario. Principalmente el ex líder del Congreso quien sí consiguió ser gobernador aunque lo será solo por 2 años sin posibilidad de reelección. La secretaria de Economía Olivia Salomón que si bien ha tejido importantes relaciones de poder, que quedó sin el impulso que estaba recibiendo y el súper-secretario de Salud, tampoco brilla políticamente en el Morenismo. Esta orfandad se replica para varios funcionarios y legisladores que buscaban diputaciones y presidencias municipales cobijados por el mandamás del estado. Ahí está Gabriel Biestro que aspira a la presidencia municipal de la capital, la diputada Tonantzin Fernández quien espira a la presidencia de San Pedro Cholula o la ex-presidenta de San Andrés, Karina Pérez Popoca que busca la reelección. Ellas, consejeras estatales de Morena, no serán ya las y los candidatos del poder, como estaba proyectado. Ahora, queda ver la capacidad de operación y negociación del bloque con la dirigencia nacional y conseguir espacios, buscando alianzas con los favoritos: el senador Armenta o el enemigo del ex-gobernador, el diputado Nacho Mier, ambos perfiles nacionales con interés en la gubernatura de Puebla. El gobernador Sergio Salomón tiene un gran trabajo: consolidarse como el jefe político de la entidad o negociar y entregar la gubernatura a uno de los dos líderes legislativos. Claro, siempre y cuando Morena retenga el poder en la entidad porque ese, ese es otro tema.