Por Aldo COSTILLA ROJAS
CHOLULA.- El accidente ocurrido en la madrugada del jueves 17 en la esquina de la intersección de las avenidas Hidalgo-Morelos y la 2 norte-sur es una prueba más que el operativo alcoholímetro tiene fines recaudatorios y no preventivos.
Los puntos de revisión son, uno permanente de jueves a sábado ubicado sobre la 12 oriente y calle 8 norte y el segundo sobre la 12 poniente y la 9 norte, frente donde se encontraba la agencia de Chevrolet. Ambos concentran una gran cantidad de patrullas y elementos y el argumento del gobierno es la prevención de accidentes sin embargo éstos siguen ocurriendo y el choque en el centro es una evidencia definitiva.
Los operativos no son parte de una política pública municipal integral para detener los accidentes porque su instalación no es itinerante, es decir, no busca tomar por sorpresa a los conductores que manejan en estado de ebriedad, sino que se asienta en un punto (el que todos ya conocen) para atrapar a quien se deje atrapar. Los conductores ya conocen el sitio y aún en alto grado de intoxicación pueden evitarlo manejando por calles paralelas y no hay un solo intento por ir tras ellos para aumentar la seguridad vial en altas horas de la noche durante los fines de semana.
Tampoco hay inversión gubernamental instalando puntos itinerantes para identificar a conductores en algún grado de alcoholemia, principalmente en las zonas donde se concentra la mayor cantidad de consumos de bebidas embriagantes. Prácticamente el resto del municipio es tierra libre de operativos. A ver, que se anime la policía municipal a detener a conductores en San Matías Cocoyotla en la noche, cuando es de dominio público el alto consumo de alcohol por menores de edad los fines de semana, sin licencia, sin supervisión de un adulto.
Otra prueba del interés recaudatorio es la nula coordinación con la Policía Estatal o la Fiscalía del Estado para reaccionar frente a conductores que lleven consigo armas o sustancias ilegales. El interés tampoco es identificar a automovilistas en posesión de paquetes o equipo ilegal.
El fracaso preventivo del alcoholímetro puede obedecer a dos razones: los mandos de la corporación municipal no tienes una visión integral del problema y continúan con un operativo deficiente o bien hay una voluntad firme de mantener este esquema sin esperar resultados diferentes sino el de asegurar los ingresos que se recaudan durante los horarios en los que se lleva acabo la revisión.
En redes sociales los usuarios expresan su descontento con la manera en la que se aplica esta medida. Aseguran que la prioridad es conseguir dinero mediante multas o bien, a través del abusivo y desproporcional cobro de particulares como las grúas y el corralón. Dicho sea de paso, una de las demandas más sentidas es en contra de las grúas que actúan en total impunidad, siendo prepotentes, al amparo de la autoridad.