La deshumanización de la salud

Por: Dr. Omar Josué ROJAS VÁZQUEZ

CHOLULA.- La salud mental representa uno de los tabúes más grandes en nuestra sociedad, aún más en medicina, pues la atención y salud del paciente muchas veces se antepone a la propia.

Recientemente un estudiante de medicina decidió terminar con su vida arrojándose al vacío de uno de los edificios de la Facultad de Ciudad Universitaria, no es el primer caso en el que un médico decide abrir la puerta falsa, aquí es donde se abren las interrogantes ¿Por qué? ¿Qué lo orillo a brincar? ¿Es realmente una decisión unilateral?

La medicina, más allá de los memes y la autocrítica o autoburla, es una de las carreras más demandantes, probablemente la que mayor exigencia mental ejerce sobre los estudiantes, pues es la memoria la que entra al quite al momento de presentar exámenes, y es en la mente donde la destreza clínica y el juicio son desarrollados a la par que se forman las competencias propias del médico, a todos estos requerimientos, ya extenuantes, hay que añadir la exigencia propia de cada maestro, donde cada uno cree que su única materia es la propia y que si el estudiante no puede, mejor debería retirarse o dedicarse a otra cosa.

La presión ejercida aumenta durante los años de prácticas clínicas, donde durante el día se estudia y durante la noche se acude al hospital a afinar destrezas, relegando el descanso a una nimiedad absoluta, cosa que se agudiza durante el internado, donde aparte del estudio, se debe soportar los malos tratos de académicos aunado a la indiferencia de las autoridades de enseñanza y las universitarias, a quienes parece importarles poco o nada la integridad de los estudiantes.

Una gran cantidad de médicos fuimos formados en ambientes violentos, siendo ejercida sobre nosotros la violencia emocional y mental, muchos fuimos humillados en pases de visita, frente a pacientes, familiares y colegas, muchos buscamos un rincón oscuro donde llorar, desahogarnos, muchos otros acudieron a terapia, un puñado fue orillado a terminar de manera anticipada con su existencia, muchos de mis amigos decidieron suicidarse ante la violencia ejercida dentro de los hospitales de manera sistemática, ante la indiferencia de autoridades universitarias, quienes hicieron caso omiso a sus súplicas.

¿La decisión de brincar es unilateral? Probablemente si, pero no solo es tomada al azar, o de manera fortuita, atrás de ese médico que está en el filo de una cornisa, o de aquel que tiene la jeringa cargada y lista para inyectarse narcóticos hasta la sobredosis están años de violencia, frases que hieren, humillaciones, lágrimas, impotencia, crueldad.

¿Hay un remedio? Claramente el sistema educativo debe renovarse, tal vez con mas premura que al ritmo actual, pues la limitación de horas trabajadas a la semana es insuficiente, se debe plantear un modelo de atención en salud mental. Idealmente desde las aulas universitarias, asi como filtros previos al ingreso hospitalario donde se puedan detectar riesgos potenciales, es claro que el factor más importante es la renovación de académicos y docentes, pues mientras la empatía siga siendo insuficiente, las pastillas parecerán no tener fin.

Omar Josué Rojas Vázquez / @DrOmisaurio