Dra. Margarita TLAPA ALMONTE
CHOLULA.- En la historia de Cholula y en la memoria colectiva de sus habitantes de mayor edad, se tiene conocimiento oral en relación al recuerdo sobre las epidemias y enfermedades que se presentaron durante el periodo de la Revolución Mexicana. Existen también investigaciones donde el punto central son las epidemias ocurridas en México, Puebla y Cholula desde la época prehispánica, como es el caso de estudios realizados en Cholula durante los siglos XVI y XVIII, de Elsa Malvido con el tema titulado Factores de despoblación y reposición de Cholula de 1641 a 1819. Efectos de las epidemias y hambrunas en la población colonial de México (1591-1810), el caso de Cholula, Puebla. Investigaciones que nos proporcionan antecedentes sobre las epidemias y enfermedades ocurridas. En este documento realizó una breve semblanza sobre este tema de manera general, para posteriormente finalizar con el relato de una de las tradiciones religiosas que se realizan en el barrio de Santiago Mixquitla, particularmente que el tercer jueves de noviembre de cada año que se realiza la Bajada del Señor del Desmayo.
La conquista española en México condujo a un intercambio comercial y tráfico de españoles y africanos, además de enemigos invisibles como virus y bacterias que condujeron al colapso de la civilización indígena a partir del siglo XVI, lo que condujo a la diseminación de epidemias y pandemias en nuestro país, originadas en su mayoría en Europa y África, entre ellas viruela, sarampión, tifo o peste y otras enfermedades infectocontagiosas, provocando una catástrofe demográfica y la mortalidad de millones de mexicanos. Epidemias que se presentaron en la Nueva España en los siglos XVI al XVIII, del México independiente en el siglo XIX, y en el México moderno del siglo XX, acompañadas de desastres naturales, sequias, hambrunas, guerras, crisis agrícola y conflictos sociopolíticos. Entre las más importantes: la influenza, viruela, tifo, cólera, enfermedades desconocidas por los mexicanos y en general en América que en el siglo XVI origino la disminución de la población en un 92-98%, aproximadamente de 100 a 120 millones de habitantes a menos de 5 millones. En el contexto histórico en 1545 se tiene registro de un ciclo de sequía y lluvia que incremento el número de roedores hasta 10 veces más de su población, siendo estos transmisores de fiebre hemorrágica, una epidemia universal en la Nueva España, muriendo la mayoría de la población.
A finales del siglo XVII la población se recuperaba sin embargo, las frecuentes epidemias (enfermedad que se propaga durante un cierto periodo de tiempo en una zona geográfica determinada y que afecta a personas y animales) frenaron el crecimiento de la población. De acuerdo a diversas investigaciones durante el primer siglo de la conquista de México, murieron aproximadamente 11 millones de indígenas. Posteriormente se presentaron pandemias (propagación mundial de una enfermedad), como el cólera que se presentó de 1833 a 1850, logrando así la modificación de un patrón epidemiológico porque a partir de estas dos décadas migraron epidemias de Asía y Norteamérica, presentándose la última pandemia de influenza en 1918 que ocasiono la muerte de 40 millones de habitantes a nivel mundial. Una pandemia que se introdujo a México por Estados Unidos, por lo que se declaró emergencia sanitaria. Entre las causas que la originaron fue el inadecuado manejo de desechos fecales de criaderos de cerdos.
Las enfermedades importadas de Europa y África durante la conquista y colonización, junto con las guerras, imposición del sistema económico, explotación fueron causas de la mortalidad y disminución de la población. Epidemias y hambrunas formaban ciclos interminables, viruela, sarampión y hambre fueron las principales epidemias durante la colonia, conocidas como (cocoliztli) o pestes. La evangelización en la Nueva España desempeño un papel fundamental para la diseminación de enfermedades, el territorio mexicano fue explorado y colonizado, en el siglo XVIII lo que dio inicio al desarrollo de nuevas actividades de subsistencia como la agricultura, ganadería y pesca, se distribuyeron las tierras a soldados españoles al servicio de la Corona española, logrando con esto la transmisión de enfermedades de forma acelerada.
Las rutas de diseminación y su periodo de duración de las epidemias, dependieron de varios factores como el nivel de concentración demográfica, la estrecha comunicación, así como variables climatológicas. En 1736-1739 la epidemia que ocasiono mayor número de muertes fue el matlazahuatl, matlatl, red; zahuatl, sarna, erupción y granos. Una enfermedad eruptiva que tenía antecedentes de las tres últimas décadas de siglo XVI y de la segunda mitad del siglo XVII, siendo en 1736 cuando el primero brote aparece en obrajes de manufactura de lana en Tacuba. El matlazahuatl se disemino hacia la ciudad de México y posteriormente a la ciudad de Puebla que fue invadida por la peste, se presentó en el Bajío, Occidente y Norte de la Nueva España, con excepción del sur de México. La transmisión se realizó por la interconexión que existía por las rutas del comercio interregional, por la utilización de carrosas y recuas de mulas, transmitiéndose así, virus y bacterias que dieron origen a la epidemia, una enfermedad asociada a padecimientos como fiebre amarilla, vomito prieto, malestar general, escalofrío, dolor de cabeza, fiebre, reumatismo, hemorragia nasal, erupción en la piel, parótidas, ictericia, anorexia, vómito y delirio; lográndose identificar a esta epidemia como tifo o peste, una enfermedad transmitida por microorganismos conocidos como rickettsias, patógenos que presentan características de batería y virus, y que eran transmitidos por piojos, pulgas y garrapatas cuyo reservorio eran las ratas, ratones, para posteriormente transmitirse al ser humano por contacto, o de picaduras.
En la ciudad de Puebla los primeros brotes ocurrieron en el barrio obraje de tejedores, posiblemente transmitiéndose por la comercialización y consumo de lana, ocasionando un alto porcentaje de mortalidad en México y Puebla las ciudades más importantes del virreinato. En relación a la influenza, es un virus que apareció durante la colonia, que apareció por el mal manejo de desechos de criaderos de cerdos. Uno de los factores más importante que contribuyo a la diseminación de la epidemia fue la pobreza de la población y escasos servicios de salud pública. Siendo una peste que ha hecho a México vulnerable a esta enfermedad hasta nuestros días, por ser altamente infeccioso, alto grado de peligrosidad para el ser humano, que se debe a su genoma y a la existencia de diversos subtipos delo virus que infectan a un mismo animal. El virus se transmite de persona a persona y tiene un alto potencial de causar epidemia. En la ciudad de Puebla en el periodo colonial se calcula murieron alrededor de 7,685 individuos, entre españoles, indios y castas. En localidades más pequeñas el número de muertos alcanzó cifras muy elevadas, como es el caso de Cholula en donde perecieron 16,926 personas, principalmente niños, mestizos, españoles y mulatos. Repercutiendo cada epidemia de diferente forma en la población, clases sociales, edad, entre otros. La viruela o Hueyzahuatl y el sarampión o Tepitonzahuatl o Mathaltotonqui, enfermedades epidémicas originaban alta mortalidad. El Matlazahuatl (pintas en forma de red) era una enfermedad preferencial de las clases bajas o mal alimentadas, es decir, indígena y castas; enfermedades gastrointestinales y pulmonares se desarrollaron internamente como resultado de las crisis agrícolas, se presentaban en dos formas: la primera variedad era una combinación de fiebre tifoidea y tifo; la segunda era la una combinación de hepatitis epidémica con tifoidea. Ninguna enfermedad epidémica se presentaba sola, por esa razón la dificultad para reconocerlas.
Al iniciarse la década de 1910, el país tenía 15 millones de habitantes; para 1920 eran 14 millones, descenso que obedeció a muertes por el movimiento armado de la revolución, por enfermedades infectocontagiosas y por hambre. En los años previos a la Revolución, el gobierno de Porfirio Díaz complementó los hospitales públicos (creados durante el virreinato), de beneficencia privada, particulares, militares, de ferrocarrileros y de los mineros con otros hospitales públicos, en particular tipo “pabellonal”. Durante la Revolución se fortalecieron o crearon las llamadas “cruces”, servicios de urgencias traumatológicas que dispusieron de hospitales de “sangre”, todo con la finalidad de contrarrestar las epidemias.
Las acciones de gobierno, en los siglos XIX y XX lograron incrementar la esperanza de vida, duplicándose de 35 a 70 años, con esto se logró multiplicar la población a 1, 600 millones a 7, 000 millones. Los años previos a 1910 etapa en que México presentó crecimiento demográfico y económico, se abrieron rutas comerciales y ferrocarrileras, el avance en comunicaciones telegráficas, exportaciones mineras y agrícolas, la industria progresó, se construyeron hospitales; asimismo, la esperanza de vida fue de 38 años; a esta edad llegaban quienes lograban sobrevivir a enfermedades infectocontagiosas, hambre, pobreza, desempleo y actos violentos. La tasa de mortalidad general era de 34 por mil habitantes y la tasa de natalidad de 35 por mil habitantes. La gente enfermaba y moría de infecciones crónicas, desnutrición o infecciones agudas como diarrea, disentería, tifo e influenza española. Dos enfermedades que tuvieron características epidémicas, llenaban y vaciaban los hospitales: el tifo y la influenza española. El tifo se manifestó especialmente entre 1915 y 1918; en 1916 se dictaron disposiciones para evitar su difusión, y controlar y prevenir la enfermedad en los hospitales, por extenderse por todo el país.
La falta de alimentos durante la Revolución fue producto de la dificultad para su transporte, costos elevados y acaparamiento de víveres e insuficiente producción. En 1908 los médicos eran cerca de dos mil, un médico por cada 6, 000 habitantes, concentrados en las grandes ciudades. En 1910, la población del país era de aproximadamente 15 millones; 10 años después tenía un millón menos de habitantes, el descenso se debió a muertes. El país, en realidad, no carecía de población, ascendía la población a 7.5 millones hacia la mitad del siglo XIX, duplicando su número en 1910.
En Cholula por su parte autoridades civiles y religiosas realizaron diversos actos públicos como procesiones y novenarios para pedir por la intercesión de Dios, así como la creación de lazaretos, inspección de boticas, bandos que prohibían prácticas médicas y colocación de luminarias para realizar control sanitario en el ambiente. La población indígena en la época prehispánica era elevada, sin embargo, durante los siglos XVI al XX, las guerras, las epidemias, la sequía y la hambruna jugaron un papel fundamental en la despoblación de Cholula.
En el conocimiento tradicional oral que algunos habitantes del barrio de Santiago Mixquitla, relatan en referencia a las epidemias durante el periodo de la Revolución (1910-1920), mencionan la existencia de siete enfermedades que originaron la muerte de la población, cólera, peste bubónica, fiebre amarilla, viruela, tifo, fiebre recurrente y gripa o influenza. En esa década se conformaron ejércitos grandes de carrancistas, villistas, zapatistas y otros más grupos revolucionarios, que se desplazaron por todo el país, se alojaron no solo en cuarteles, sino en diferentes lugares en Cholula, entre ellos los templos, en el convento de San Gabriel y la Parroquia en San Pedro Cholula. Lo que origino aglomeración y falta de higiene, las familias vivían en un solo cuarto, el agua era insuficiente, no existía drenaje, el piso era tierra, había mucha basura, descomposición de desperdicios y muertos, porque los ejércitos eran sucios y dejaban muladares, excremento, las familias convivían con los animales, había extrema pobreza y hambre, lo que provoco las enfermedades
A inicios de 1911 la gente comenzó a morir, a partir de 1912 incremento la mortalidad año con año en Cholula, las muertes fueron ocasionadas por el cólera, la viruela, el tifo y la gripe, fueron epidemias locales en puebla y Cholula, aunque las epidemias más fuertes fueron en 1915 y 1918, primero la del tifo y luego la de gripe, morían niños, adultos y ancianos. Eran años de tristeza, porque morían familias enteras y se excavaban una sepultura para toda la familia, había mucha muerte.
Ante esta situación hijos del barrio de barrio de Santiago Mixquitla, conformado por un grupo de mujeres y hombres jóvenes pidieron calmar estas epidemias, por lo que en 1913 pidieron la Bajada del Señor del Desmayo con Fray Juan de la Cruz Bueno en el Convento de San Gabriel, quien autorizo su Bajada para que el señor del Desmayo calmara las enfermedades de la muerte por tifo y gripe. Esta Bajada calmo las enfermedades y la muerte. A partir de ese año, los jóvenes hicieron el juramento que en cada año realizarían la Bajada del Señor del Desmayo al barrio. En noviembre de 1913 se conformó una Comisión de jóvenes, posteriormente Hermandad que solicitaron al Señor del Desmayo. Fue recibido el Señor con lumbradas de zacate y recorrió todo el barrio de Santiago Mixquitla. Los integrantes de la Primera Comisión del Señor del Desmayo fueron: Felipe Bonilla, Josefa Alavez, Heligio Axotla, Vicente Alavez, Guadalupe Alavez, Procopio Tlapa, Remedios Castillo, Pedro Ávila, Pascual Alavez, Andrés Tepox, Felix Cuateco, Roque Castillo. La Bajada del Señor del Desmayo al barrio de Santiago Mixquitla se realiza el tercer jueves de noviembre cada año, su estancia en el templo del barrio es al domingo siguiente cuando la Hermandad del Señor del Desmayo realiza el cambio de la Mesa Directiva que representara a la Hermandad por un año, se realizan misas por los devotos y el Santo Rosario, el sábado Serenata con candiles. El mismo domingo por la tarde realizan una Procesión para dirigirse a la Capilla del Carmen donde está un día para posteriormente el lunes partir a su templo de Origen, la Tercera Orden.