Por Salvador ESPINA
CHOLULA.- Estamos en épocas de alegría o penuria para los diferentes presidentes municipales y demás representantes públicos. Es por ello por lo que hoy, es cuando los que trabajaron pueden estar orgullosos y tranquilos, mientras que los que no lo hicieron tendrán sus informes más como una carga que como cualquier otra cosa.
En el caso de nuestro estado existe, sin duda alguna, de ambos casos. Pero hoy me quisiera enfocar en la capital poblana, esto porque el presidente Eduardo Rivera ha rendido su informe hace apenas unos días.
Para evaluar este primer año donde la frase emblema de esta administración (“corregir el rumbo de Puebla”) es sin duda una adecuada, especialmente si tomamos en cuenta el punto de partida en el que empezó el mandatario municipal en 2021. Eduardo se encontró con una ciudad que había conocido por primera vez la “transformación” morenista de la mano de la expresidenta Claudia Rivera. Una administración que se caracterizó por el desorden interno y externo de la gestión. Donde en lugar de una presidenta que se ocupara por el orden y eficiencia del municipio, tenía más angustia por estar de activista e imponer su propia agenda ideológica, la cual, no tenía nada que ver con las tareas que le corresponden al Ayuntamiento.
Por ello, el alcalde Eduardo tuvo que tomar decisiones importantes desde el primer día, donde tuvo que conformar un Ayuntamiento capaz y honesto que diera rumbo a las acciones del gobierno sin caer en escándalos y corrupción como la anterior administración, los cuales siguen persiguiendo a la expresidenta. Además de construir una mejor interacción con el Gobernador Miguel Barbosa quien en reiteradas ocasiones ha comentado que la relación con el edil es de respeto mutuo desde hace ya varios años, los cuales, se ganó durante los embates que recibió el actual alcalde Rivera Pérez por parte del exgobernador Moreno Valle.
En cuanto a las labores del Ayuntamiento, en este primer año, el presidente informó que: En los primeros 365 días de esta administración hay más y mejores policías, un sistema de videovigilancia reactivado, 311 nuevas patrullas y motocicletas; se recuperó el Centro Histórico, que ahora es un espacio ordenado y limpio.
Se pavimentaron y relaminaron más de 300 de las mil calles prometidas para esta gestión; se intervinieron más de 40 mil puntos de luz; se dio mantenimiento a más de 6.7 millones de metros cuadrados de camellones y parques.
Se entregaron 950 Créditos Contigo; en materia de salud se puso en marcha el programa «Médico Contigo», que llegó para quedarse, y ya son 70 Estancias Infantiles en funcionamiento.
Además de poner en orden el centro histórico, cosa que se ha vuelto la cara de esta administración.
Sin duda, todavía hay mucho que hacer, pero antes de crecer, se debía regresar el orden y la seriedad a la labor de la administración pública municipal. A un año del inicio de esta administración esto se ha logrado, es hora de trabajar sin descanso para convertir la capital poblana en ejemplo municipal en todo el país para demostrar, no solo que se puede corregir el rumbo de Puebla, sino que, de la mano de todos, se puede corregir el rumbo de México.