Por Dr. Omar Josué ROJAS VÁZQUEZ
CHOLULA.- Durante los años de formación en la facultad de medicina, se nos enseña, primero el orden del cuerpo, seguido de la funcionalidad del mismo, la fisiología, ya en la segunda mitad de la carrera aprendemos el proceso de la enfermedad, la nosología, y como combatirla.
Sin embargo, parte de la pericia del médico consiste en combatir la enfermedad de manera individualizada, si bien existen guías clínicas que están hechas por consenso a nivel internacional, los grandes clínicos siempre hacen hincapié en el mismo mantra: “se tratan enfermos, no enfermedades”, y tienen la razón absoluta, pues cada cuerpo responde de diferente manera a los tratamientos.
La medicina debe entenderse como una ciencia individualizada, humana, que soluciona problemas en seres vivos, complejos, con procesos interconectados, no solo problemas aislados, más que una ciencia, se define a la medicina como un arte, cálida, humana, fraternal.
Parte del gran error que cometen las farmacéuticas que contratan médicos para los consultorios anexos, es pensar que son recetas de cocina y que el mismo medicamento ayudará de la misma forma a cada persona, siendo esta idea errónea, misma que no ha sido enmendada, pues la presión sobre objetivos es tanta que presionan tanto al médico para tener un ticket promedio que se vuelve monótono el manejo que debería ser personalizado.
Es deber del médico es no doblegar su ética, ni fracturar su formación académica, mucho menos ceder ante intereses ajenos al principal decreto de la medicina “Primero no hacer daño”.
Se debe permitir la libertad de elección en los manejos médicos, así como se debe garantizar el apego a las guías y sus manejos tanto por parte del médico como por parte del paciente, pues es común que se pidan antibióticos para cualquier cosa, promoviendo así la resistencia bacteriana y propiciando el nacimiento de super bacterias.
De acuerdo a algunas predicciones, la siguiente pandemia podría no ser un virus, pero si una superbacteria resistente a todos los manejos conocidos, pero ese, es tema para otra columna.