Editorial
Por Mario SALAMANCA RODRÍGUEZ
Habláis palabras y palabras de tu boca
¡Cuáles cosas podréis decir ahora?
Cual viento fuerte se lleva todo
Si ellos pecaron, violando el derecho
Cuando la luna, contemplo de noche
El radiante sol, no se apartó de la mirada
Fui abandonado, olvidado cual torrente
No te escondas, ahora por la helada
Nuestros días en la tierra como sombra
Hablarán al corazón, con hermosas palabras
¡Pregunta ahora; a las generaciones pasadas!
Somos de ayer, hoy no sabré nada
Tal principio, ayer, pequeño fue
Sigue adelante… y… serás grande
¡Si de mañana buscas a dios!
Si pecaron vivirán en pecados
Nadie soy rogaré al todopoderoso
En la flor de mi juventud seré cortado
Mi alma está seca; deseando pronto reviva
¡Perezco! Si hay esperanzas él, me perdonará
He pecado… no podré hacer nada
Perdonarás mis rebeliones el día de mañana
Mis iniquidades serán perdonadas
Ya no existiré el día de mañana
Miles de calamidades se terminarán
¡Agobiado estoy… me levantaré!
Hasta el alba, es larga la noche
Al polvo iré, oí reis, hoy nacerán
Ojos que me ve, no me verán más
A mi hogar, no volveré a casa más
Entonces vi visiones y sueños
Nada soy, en las penas y sueños
Nada soy, en las penas, pruebas
De noche y de día, dormiré en el polvo
Mis dichos y hechos, fue predestinado
Cosas que no quise son mi alimento
No he hallado valor a mí mismo
¡Por qué me has dejado solo en mi dolor?
Mis penas me has perdonado, oh mi redentor
Al cordero alabarás a mi gran señor
Vine al mundo, volveré a ti, por tu amor.