Derechos humanos en México, ¿realidad o sueño?

Por Cuauhtémoc BETANZOS TERROBA

CHOLULA.- En nuestro país los Derechos Humanos están contenidos en nuestra Constitución Política, para ser específicos son los primeros 29 artículos los que los consagran, pero ¿en la vida cotidiana verdaderamente se respetan? Aunque nuestra Carta Magna los garantiza en el papel, lamentablemente los mexicanos no tenemos certeza de que en la práctica se velará por su cumplimiento, ya sea que la omisión provenga por el atropello o porque la propia autoridad se encuentre imposibilitada para hacerlos valer.

Para entender más a fondo las carencias que se viven en esta materia, vale la pena revisar el papel que juega el Ombudsman como figura que nació para establecer un control adicional para el cabal cumplimiento de estos derechos, misma que debe fungir como árbitro imparcial ante los posibles atropellos de la autoridad, pero lamentablemente en México dicha figura carece de cualquier instrumento para el cumplimiento de sus tareas y por el contrario sólo esta facultado para emitir recomendaciones sin ningún seguimiento específico o castigo por desacato.

Bajo la actual circunstancia que vivimos en México, con un régimen que avanza galopando hacia el autoritarismo, debemos estar, hoy más que nunca, atentos, ser muy críticos y denunciar ante las instancias correspondientes, inclusive instancias internacionales, cada que se pretenda atentar contra los Derechos Humanos de cualquier mexicano, porque un Gobierno que no respeta los Derechos Humanos es un gobierno que está dispuesto a todo y que no tiene límites al momento de ejercer el poder para sus fines particulares.

El trato que le da a opositores y críticos del gobierno nos permite darnos cuenta verdaderamente que no existe respeto de un gobierno para con los Derechos de sus gobernados, ejemplos de cómo este Gobierno desvergonzadamente ha pisoteado lo establecido en la Constitución cuando de enfrentar a sus detractores se trata hay muchos, y lo hacen todos los días atentando contra su privacidad, contra sus derechos a procedimientos apegados a la ley, su libertad de expresión entré otros.

Para ejemplificar esto basta ver la muestra del lamentable uso que se la ha dado la figura de la prisión preventiva oficiosa que se usa de forma discrecional y con fines políticos. Privando de su libertad a quienes le resulten incómodos al régimen o simplemente para dar mensajes políticos a la oposición o previos a procesos electorales. Atentar constantemente con el marco jurídico es el camino que cualquier gobierno que pretende convertirse en dictadura toma y lamentablemente en el México de hoy esto se ha vuelto más regular de lo que creemos porque lamentablemente el gobierno actual pretende judicializar la política y politizar la justicia.

Otra forma de vulnerar los Derechos Humanos es incapacidad para garantizar que existan en el entorno todos los elementos que se requieren para el pleno goce de los mismo. Un lamentable ejemplo, es la condición en la que viven miles de niñas y niños que son explotados laboralmente y que la autoridad mexicana se encuentra rebasada para cambiar su realidad.

Ya sea por incapacidad o por dolo todos los días en México encontramos cosas en los que el gobierno tiene una deuda con la garantía de los Derechos Humanos y para ser precisos con todo el dolor de mi alma, hoy tengo que alertar que estamos más lejos que nunca de vivir en un Estado de Derecho pleno con una autoridad comprometida verdaderamente con el cumplimiento y con las herramientas para hacerlo cumplir.