Por Alejandro MARIO FONSECA
CHOLULA.- El pasado jueves 30 de julio durante el informe diario de coronavirus en Palacio Nacional,López- Gatell, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud del gobierno de la 4 T de AMLO entró en colisión con los diez gobernadores de oposición.
Afirmó que se evaluarían modificaciones al texto que delinea las responsabilidades del Semáforo de Riesgo Covid-19 para especificar con mayor claridad “las condiciones en las que podían diferir lo federal de los estatal”.
“Es indispensable que pongamos cuáles pueden ser los elementos legales que ya existen, que llevarían a deslindar la responsabilidad en caso de incumplimiento o en caso de una consecuencia adversa”.
“Si la Federación dice ‘estás en rojo’ y el estado dice ‘yo estoy en naranja y voy a hacer estas otras actividades’, muy bien, el estado ha de responder por sus decisiones soberanas, ese es el asunto”.
“Entonces, no es amago, es claridad, es franqueza y es sobre el marco de la ley plantear las cosas como son”. Esto se lo tomaron inmediatamente como una amenaza y exigieron la renuncia del sub secretario, tachándolo de inexperto y de falta de conocimiento.
Ya las muertes confirmadas por el monstruo viral en México habían llegado a 46,000, mientras los contagios ascendían a más de 416 mil, según el reporte de la Secretaría de Salud.
¿Gestión política de la pandemia?
Así que ante la supuesta prepotencia, ineptitud y falta de oficio de López-Gatell los 10 gobernadores se declararon en pie de guerra, señalando que México se encuentra en el peor de los escenarios debido a una gestión política fallida de la pandemia.
Acusaron que se ha intentado trasladar el manejo de la pandemia a los gobiernos estatales y municipales a través del Semáforo de Riesgo Covid-19, el cual “ha asfixiado las economías locales, porque nunca se quiso atender esta pandemia de manera coordinada y con recursos extraordinarios”. Es decir, también quieren más recursos.
Los firmantes son Martín Orozco Sandoval, gobernador de Aguascalientes; Miguel Ángel Riquelme, de Coahuila; José Ignacio Peralta Sánchez, de Colima; José Rosas Aispuro, de Durango; Diego Sinhué Rodríguez, de Guanajuato; Enrique Alfaro, de Jalisco; Silvano Aureoles, de Michoacán; Jaime Rodríguez, de Nuevo León, y Francisco García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas.
Exigieron poner al frente de la pandemia “a un experto en la materia, con conocimiento y humildad para entender en toda su dimensión los temas de esta crisis de salud tan grave como la que estamos atravesando”.
Le presento las notas tomadas de la Revista Forbes porque se trata de uno de los medios más objetivos, no obstante su filiación empresarial. Vea usted en contrapartida el manejo que le dio el diario Reforma, por citar un solo ejemplo.
Y para entender el desaguisado cabalmente, lo primero que debemos hacer es desmenuzar las declaraciones de López-Gatell y los argumentos de los gobernadores inconformes. ¿Por qué? Pues porque no se trata de otra cosa más que de una guerra mediática.
La verdadera plaga de salud pública en México
Y los argumentos que dan los gobernadores no son otros más que la supuesta amenaza y la contundencia de las cifras gruesas de la pandemia. No es lo mismo basarse en el número de muertos, que en el número de muertos relativo a la población del país de que se trate.
Por el número grueso, estaríamos en el tercer lugar mundial de muertos. Pero si lo vemos por cada millón de habitantes nos vamos hasta el onceavo lugar, después de Bélgica, Inglaterra, España, Perú, Italia, Suecia, Chile, Francia, Estados Unidos y Brasil.
No es lo mismo contar con 849 muertos por cada millón de habitantes en Bélgica; que con los 362 que tenemos en México por cada millón. Y en cuanto a la “amenaza”, deberían reconocer que López-Gatell si de algo a pecado es de conciliador y respetuoso.
¿Cuál es el problema de fondo con López-Gatell? No lo entendí hasta que leí la última columna de Jorge Zepeda Patterson. El sub secretario tuvo la valentía de llamar la atención sobre la verdadera plaga de salud pública en México: diabetes, obesidad y desnutrición.
Yo ya lo había comentado aquí desde hace dos meses. Obviamente López-Gatell está afectando a una industria que ha convertido a la infancia y a muchos adultos en adictos cautivos a la chatarra; y en carne de cañón para el desarrollo de precondiciones que deberían ser inaceptables en una sociedad responsable.
En palabras de Zepeda Patterson: El odio que genera López-Gatell responde no solo a que se ha convertido en cabeza de turco idóneo para atacar a López Obrador, sino también a las campañas de la poderosa industria alimenticia (es un decir) que intenta hacerle pagar por su atrevimiento. (Cfr. ¿Qué hacemos con López-Gatell? Sin embargo.mx).
¿Qué proponen?
A lo cual hay que añadir el inminente conflicto con las poderosas empresas farmacéuticas, ya que ahora los medicamentos se compraran en el extranjero mediante licitaciones avaladas por la ONU. Así que lo menos que podemos hacer es reconocerle al funcionario que haya aprovechado la pandemia para llamar la atención sobre este crimen sistemático en contra de la población.
Y ¿qué proponen estos 10 gobernadores rebeldes? Pues nada o casi nada: que AMLO quite a López-Gatell. Desde luego que no se atreven a dar nombres ¿por qué? Pues porque no cuentan con ninguna propuesta seria. Sus filas están mermadas, los pocos militantes panistas, perredistas y del MC, con probidad intelectual y administrativa, están calladitos.
Y es que el problema de fondo, el de más fondo, es que ya estamos en las postrimerías de las elecciones del 2021. Ese es el gran problema: seguramente y a pesar de que son muchos los aspirantes a volver a saborear las mieles del poder, son muy pocos los que no están embarrados por la corrupción sistémica.
Resulta más que complicado que un virus oportunista pueda ser controlado en una sociedad aquejada de males crónicos como la diabetes, la obesidad y la hipertensión. Pero resulta todavía peor cuando dicha sociedad es indisciplinada, ignorante y resentida.
Y el colmo, todo esto en la antesala de las elecciones intermedias, aquellas que se llevarán a cabo el 6 de junio de 2021 para la elegir 500 miembros de la cámara de diputados federales; además de los puestos a cargos federales y locales en 32 entidades del país.
De verdad me daría mucho gusto que aparecieran en escena los militantes serios de la oposición, con propuestas viables. Mucho le urge a la democracia mexicana contar con una verdadera oposición política a la 4 T de AMLO. No la veo.
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