Por Aldo COSTILLA ROJAS
CHOLULA.- Luego de unas semanas complejas para líder nacional del Partido Revolucionario Institucional, Alejandro “Alito” Moreno, éste ha emprendido una gira por el mundo para denunciar que es un perseguid político del Gobierno de México. Vocifera en Suiza y otros países que solamente matándolo lo podrán callar y que “antes muerto que echarse para atrás”.
Esta salida ha sido tomada por analistas, actores políticos y por muchos mexicanos como una huida en miras de evitar una eventual proceso judicial emprendido por la Fiscalía de Campeche y es que el martes en su ya habitual programa Martes del Jaguar, la gobernadora peninsular, Layda Sansores Sanromán presentó otro audio en el que se escucha al líder tricolor pide que le lleven el maletín y humilla y agrede a sus interlocutores cuando incumplen sus indicaciones y expone sus acuerdos turbios con empresarios televisivos. Presuntamente se trata de lavado de dinero, operaciones con recursos de procedencia ilícita y desvío de recursos.
En el programa se encontraba el fiscal de Campeche lo que significa un mensaje muy claro: hay colaboración entre la gobernadora y el fiscal del estado. Seguramente para emprender acciones en contra del priista ante varias acusaciones que pesan en su contra durante el tiempo que se desempeñó como gobernador de la entidad.
A esta situación se le suma que en las semana pasada ex líderes del PRI solicitaron su renuncia por los malos resultados que ha dado el dirigente en las últimas elecciones, la “huelga” legislativa y que el otrora partidazo se encuentre en medio de una crisis que ya le cobró sus primeras facturas como la pérdida del registro estatal en Quintana Roo y el nulo apoyo que tuvo cuando expresó su idea de que más mexicanos pudieran portar armas para defenderse del crimen.
En la mañanera del martes el Presidente López Obrador manifestó que si bien Alejandro Moreno “no es santo de su devoción” no está de acuerdo con la manera en la que se irrumpió en su domicilio. Estos dichos merecen un análisis serio pues la gobernadora Sansores no es una política de improvisación y los pasos que da seguramente están muy bien calculados y eventualmente palomeados por el titular del ejecutivo federal.
Mientras avanzan los procesos en contra de Alito Moreno el PRI continúa en debacle y la alianza con el PAN y PRD cada vez es más dudosa. Difícilmente los liderazgos de Acción Nacional aceptarán ir en alianza con un partido cuyo líder trae a cuestas tantas complicaciones. Alito sigue diciéndose victima cuando ya para muchos tiene un pie en la cárcel o su nombre grabado en letras de oro en el muro de los peores políticos de la historia.