Por: Jorge GÓMEZ CARRANCO
CHOLULA.- Considero que la popularidad de AMLO a estas alturas y con su falta de aciertos en determinados temas, sus discursos flojos sin credibilidad y con otros datos, así como la ausencia de resultados positivos, el alto índice de mortalidad de gente que se contagió de COVID-19, el retiro de apoyos a niños y mujeres con cáncer, el aumento al precio de la gasolina y sobre todo de la canasta básica como entre muchos más, nos hace pensar a muchos, que nos está dando atole con el dedo nos está poniendo una emboscada para desaparecer la democracia llámese INE, está famosa revocación de mandato tiene una sola finalidad, volumen y ser cortina de humo para desaparecer al INE y si a mí en particular me invitan a participar en este juego con justa razón no voy.
Hay mucha gente que está promoviendo la revocación del mandato diciendo que la gente vaya a votar, pero les recuerdo a todos ustedes, ¿cuántas veces en su historia política Andrés Manuel López Obrador ha aceptado una derrota electoral?, les pregunto nuevamente ¿qué les hace pensar que lo va a aceptar ahorita?, cuando es en esta ocasión el mismísimo mandatario federal quien no se permitirá una humillación a su imagen y persona de tal magnitud, para todos los mexicanos es sabemos de su gran sueño de toda su la vida y no descanso hasta lograrlo “LA SILLA PRESIDENCIAL ahora que ya la tiene, no querrá perderla y con justa razón le favorece la ley y nadie lo obligará a aceptar una derrota, valga la redundancia jamás se permitirá perder, por ende jamás va a aceptar una derrota.
Este ejercicio de revocación de mandato no tiene pinta ni siquiera de un porcentaje confiable de ser un acto democrático serio, de verdad que les hace pensar que si logran ganar los mexicanos que queremos que se vaya se va a ir. AMLO tendrá sus propios argumentos y sus otros datos; comenzara diciendo “Me hicieron fraude” y después “esto fue un complot”, va a buscar un culpable y ese será el Instituto Nacional Electoral (INE), argumentando que no dejaron votar a los suyos pase lo que pase indudablemente.
Como la constitución garantiza que la ley no es retroactiva en perjuicio alguno él nos va a argumentar que cuando fue electo no existía la revocación de mandado y con la mano en la cintura él no se ira, aunque pierda 99 a 1 no se ira, por la única y sencilla razón de que nunca va aceptar una derrota electoral, porque nunca lo ha hecho en su vida, se burla de la ciudadanía mexicana, porque desde antes de que inicie la famosa consulta ya nos vio la cara de ingenuos, después de 25 años de ver cómo es López Obrador no es posible que exista gente que piense y crea en su palabra.
El que crea que se le puede ganar en las urnas está muy equivocado y pecaría de ingenuidad con todo el respeto que me merecen, pero de una vez les digo que no va a pasar y saben por qué, porque está vez tiene los elementos legales para no hacerlo, porqué la consulta de revocación no es vinculante para él, por qué no es retroactiva y lo único que tenemos es su palabra de que se va a ir, pero les recuerdo que su palabra no tiene valor, o ya olvidaron cuando dijo “denme por muerto no buscare la presidencia de México”, “cualquiera que sea el resultado lo voy aceptar”, me parece más que asombroso que mucha gente siga poniendo su esperanza en culminar este sexenio en un ejercicio que está previamente diseñado por el mismo presidente y sus lacayos para golpetear al INE, considero que es mejor lanzarlo al vacío y dejarlo sólo.
Ya siendo más pragmático les pregunto a ustedes mis lectores ¿quién debería solicitar una figura como la revocación del mandato?, claro la misma gente que está inconforme con su mandato, ¡no el presidente y sus lacayos! en definitiva si vamos a ser más pragmáticos todavía, si ustedes creen que el ir a votar va a cambiar algo déjenme decirles que no será así, sólo será, seguirle haciendo el juego al presidente, lo único que pretenden es obtener volumen, que se junte un 40% del padrón para poder decir están conmigo todavía. Desde mi percepción personal es una trampa, pero usted mi estimado lector tiene la última palabra.