Por Aldo COSTILLA ROJAS
CHOLULA.- La frivolidad de Arriaga acabó con cualquier esperanza de cambio en el municipio. La soberbia de José Juan solamente pudo ser superada por la de su aprendiz que terminó ganándole y por mucho.
El otrora comentarista televisivo pensó que su gestión era un programa mediático en el que el público, en este caso los cholultecas, celebraríamos gustosos sus bribonerías. Además, pensó que gobernar era estar detrás de un monitor y los espectadores alejados de él pues vara esos temas estaba el señor Ponce, el encargado de atender los asuntos populares que no merecían la atención del señor Arriaga quien como es de dominio público despachaba desde los restaurantes Ciudad Sagrada o Casa Ardens donde tenía gusto por las cervezas artesanales.
En medio de esta vorágine de fantasía el municipio era azotado por la inseguridad y la corrupción. Lo que antes era impensable, se volvió una realidad, asesinatos en el Centro, robos de autopartes y asaltos en la vía y el transporte público día a día.
Con datos de la Fiscalía General del Estado de Puebla, entre enero y febrero de 2019 el número de delitos del fuero común fue de 234 mientras que para el mismo periodo pero de 2021, el número ascendió a los 349 delitos. Es decir, para enero y febrero entre 2019 y 2021, ya con Arriaga como alcalde, la incidencia delictiva aumento en un 50%.
Como sabemos, el tema de los números muchas veces es manipulado presentando información parcial, sin embargo, para San Pedro Cholula no es así pues los datos son contundentes y objetivos: mientras que en 2018 el alcalde recibió un municipio con 1395 delitos, en lo que va de 2021, de a Cholula con 1737. Aún no termina el año y la cantidad de crímenes ya superó casi en un 20% al año en que llegó a la Presidencia.
Por citar un delito, en 2018 se registraron 26 robos a transeúnte en vía pública, mientras que hasta septiembre del 2021 asciende a los 78. Sin duda circular en vía pública se ha convertido en una amenaza
Luis Alberto Arriaga no solamente deja un legado de frivolidad e insensibilidad por los problemas de un municipio en el que nunca ha tenido arraigo y del cual desconoce, el señor deja un legado de inseguridad y corrupción, la causante de su nefasto desempeño. Quizá esa es su justificación: haber gobernado un municipio al que nunca ha pertenecido y al cual solamente vio como un botín político y como la vía para asegurar su futuro.
En resumidas cuentas: el capricho del JJ de imponer a un presidente quien terminaría traicionándolo es la razón por la que la inseguridad es el legado de Arriaga.
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