Por: Dr. Omar Josué Rojas Vázquez
CHOLULA.- Corría la década los 80´s cuando se daba el primer caso de una neumonitis jamás vista en San Francisco, California, a los pocos meses se confirmaban los cuadros de GRID, ya que afectaba principalmente a la comunidad LGBT+, fue el 5 de junio de 1981 que se denominó como VIH, un retrovirus que ataca el sistema inmunológico y que poco a poco se fue expandiendo por todo el mundo, atacando por igual, sin distinción de género o raza.
La perspectiva histórica en nuestro país vuelve difícil de catalogar y manejar al VIH, pues la limitada visión social que impera aún en nuestros días hace que en algunas comunidades sea un tema tabú, ciudades y pueblos ampliamente religiosos y conservadores vuelven aún más difícil el acceso a medidas de prevención primaria, haciendo que la detección y el tratamiento temprano sea tórpido, puesto que acuden a recibir atención ya en estadios finales de la enfermedad.
LA terapia antirretroviral fue propuesta en 1984 con la zidovudina, un fármaco originalmente ideado como quimioterapéutico, fue hatsa 1987 que la FDA autorizó el uso del AZT (Zidovudina) como manejo de primera línea, siendo usado hasta el día de hoy, sin embargo, la terapia antirretroviral ha ido evolucionando con los años, logrando compactar hasta tres fármacos en una sola cápsula de uso diario, logrando resultados favorables para todos los usuarios.
Pese a la llegada tardía de la Terapia Antirretroviral (TARV) a nuestro país se ha garantizado su acceso con los acuerdos firmados en la década de los 90´s, la creación del FONSIDA en 1997 supuso un parte aguas histórico para Latinoamérica, pues garantizaba de manera continua, sin embargo, la cancelación del programa en 2001, mismo año en el que la ONU decretaba el acceso al TARV como derecho humano, supuso un revés que sería revertido con la creación de CONASIDA y CENSIDA, así como con la creación de múltiples organizaciones no gubernamentales que promueven el acceso a la prevención y terapia antirretroviral en nuestro país.
40 años han pasado desde el primer caso de GRID en el mundo, el TARV ha evolucionado de tal manera que ha hecho al VIH un virus combatible, que ya no significa una sentencia de muerte, y que tampoco supone estancias intermitentes y continuas en centros hospitalarios, pues con un adecuado control, pasa inadvertido, logrando que el estatus indetectable, sea equivalente a intransmisible.
Grandes esfuerzos se han hecho para combatir y prevenir al virus, desde el uso de preservativos, hasta terapias pre y post exposición, sin embargo, es hasta finales de 2020 que una vacuna contra el VIH pasa a una tercera fase de ensayos clínicos, con el proyecto MOSAICO se evaluará en Latinoamérica la eficacia de la misma, suponiendo el fin de esta pandemia en próximos años.