* Prevaleció el ropaje tradicional
Por Epigmenio ROJAS CASTRO
CHOLULA.- Como buena ha sido considerada la demanda de ropa para vestir al Niño Dios, no como en años anteriores, sin embargo para las condiciones que prevalecen por la pandemia, quienes se dedican a esta actividad de temporada, la han considerado de buena. Algunos negocios a puerta cerrada y vía celular atienden, y otros con el negocio abierto, pero siguiendo las medidas sanitarias.
Desde hace un par de semanas, empezó la actividad para vestir al Niño Dios, según el año que le toca a los compadres, muchos de los cuales mantienen la tradición del color de la ropa, según si es el primer año, el segundo o el tercero, cuando se da por concluido el compromiso, y la imagen luce los ropajes más elegantes.
Doña Mary, quien es del barrio de Xixitla, comenta “Mira tengo más de 20 años de dedicarme a elaborar la ropa, vestir a la imagen, ya tengo mis clientes de cada año. Lo hago aquí en casa, solo que ahora, todo fue por teléfono, les daba cita para que vinieran a dejar la imagen, que con todo respeto la desinfecte, y luego ya las vestía, según el gusto del cliente”.
¿No le tocó le pidieran un vestido fuera de lo tradicional?
“No, hasta el momento no, todos fueron de manera tradicional, ya sabes, de blanco, azul, ropa tejida o de tela, o ropa elegante, según la advocación como Niño Doctor, Sagrado Corazón de Jesús, y otros. Si pidieron más ropa del Niño Doctor, y del Sagrado Corazón de Jesús”.
¿Es caro vestirlo?
“Según el punto de vista de que es caro. Te puedo decir que en mi caso, cobro lo justo, según el material que se pida y requiera, y mi mano de obra. Siempre cuido la calidad en el trabajo, por ello regresan mis clientes. Y el precio depende del tamaño de la imagen, y de cómo lo quieran vestir. Te puedo decir que hay ropa desde los 90 pesos, hasta más de mil. Además hoy no puedes subirle mucho, porque hay pocos clientes, en comparación a años pasados, la economía está muy lastimada, así que mejor ganas poquito, pero ganas, a pretender mucho y con las manos vacías”.
En comercios del centro de la ciudad dedicados a esta actividad de temporada, trabajan algunos a puerta cerrada, otros, con acceso restringido o limitado, para evitar sean muchos los que estén en la tienda. Si están pidiendo que quienes entren a elegir el ropaje, lo hagan usando el cubre-boca, aplicarse gel antibacterial, y no tocar nada, para evitar maltraten las imágenes o ropas muestras, y no sea que dejen ahí el virus.
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