* Algunos devotos a distancia, oraban a la madre de los mexicanos
Por Epigmenio ROJAS CASTRO
CHOLULA.- Muy distinto lució el santuario de la virgen de Guadalupe, cerrado, vacío, la explanada desierta, uno que otro devoto, a distancia, se paraba unos instantes para rezarle, los devotos tristes por no poder acceder, pero contentos por estar con vida.
El bullicio, los puestos, las peregrinaciones, misas, todo se extrañó el pasado sábado 12, en el cerrito de Guadalupe, templo que se mantuvo cerrado, como lo anunciaran las autoridades eclesiásticas y las civiles, con días de anticipación, al no existir las condiciones sanitarias para permitir el acceso.
Los vecinos de la colonia Guadalupe, en casa, algunos en la puerta de su domicilio, con la mirada hacia el santuarios nos comentaron “Cómo ves Rojas, que triste se ve nuestro santuario, pero hay que hacer caso, la situación es complicada, ya el próximo año Dios dirá. Hay que pedirle a la virgencita que nos ampare, que nos ayude salir de esta enfermedad…”, luego un silencio total, los ojos vidriosos por las lágrimas que le asomaban al amigo, quien pidió no dar su nombre.
Así vacíos los accesos, a la distancia algunas personas que al pie de la escalinata, con gran devoción oraban, y a los pocos minutos se retiraban.
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