Por Nancy LUNA
CHOLULA.- Las esferas que se cuelgan en los árboles son parte de las decoraciones por excelencia en esta temporada navideña, por lo cual es curioso remontarse en el tiempo a descubrir su origen.
En un principio, lo habitual era colgar diversas frutas y confites en los árboles de Navidad. La fruta favorita para este fin era, sin duda alguna, la manzana, puesto que está vinculada con un significado religioso más profundo, al ser tradicionalmente este el fruto prohibido del cuál comieron Adán y Eva al cometer el pecado original. Las manzanas también eran acompañadas por obleas (hostias no consagradas) para recordar la importancia de estas fechas, puesto que gracias al nacimiento de Jesucristo (y su posterior muerte) ha sido perdonado ese mismo pecado.
De igual manera los árboles de Navidad eran decorados con velas que simbolizaban la luz de Cristo.
Sin embargo, poner manzanas y velas no era la mejor idea. Las frutas se echaban a perder y tener velas encendidas era un peligro latente de incendio. Por lo que, poco a poco comenzaron a reemplazar estos elementos con esferas de vidrio y luces.
¿Qué tiene esto que ver con las actuales esferas? Todo se remonta al año de 1858, en el pueblo montañés de Goetzenbruck, ubicado en Francia. Según cuenta la leyenda, ese año una terrible sequía había azotado la región, por lo cual no había manzanas rojas para decorar los árboles.
Aunque su nombre se ha perdido en el tiempo, dejó como legado una tradición que se ha extendido a lo largo y ancho del mundo. Desde aquella primera ocasión la fábrica de vidrio de Goezenbruck, además de sus vidrios para relojes, comenzó a producir las coloridas esferas como decoraciones navideñas, llegando a producir 200,000 esferas anualmente en la década de 1950.
Existe una versión similar a esta historia en la cual el creador de las esferas fue en realidad un vidriero de Lauscha, en Alemania, alrededor de 10 años antes de los acontecimientos en Goetzenbruck.
La llegada de esta tradición a México se remonta en la navidad del siglo XVII, con la preparación del árbol. Hoy en día existen dos poblados pioneros en fabricación de esferas en México, como lo son, Tlalpujahua, Michoacán y Chignahuapan, Puebla.
Chignahuapan es un pueblo mágico con una actividad industrial enorme, fabricando al año decenas de millones de esferas navideñas. Cuenta con más de 200 fábricas y talleres que te contagian toda la magia navideña desde que llegas.
En Tlalpujahua es algo similar, se dedica a la venta de adornos navideños con la misma especialidad en la fabricación de hermosas esferas navideñas.
Cualquiera que sea la versión y el lugar de origen, es interesante conocer la historia de esta decoración y claro que vale la pena compartir esta temporada. También nos muestra de cómo la creatividad de una persona puede cambiar al mundo.
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