La medicina privada
Por: Dr. Omar Josué Rojas Vázquez
CHOLULA.- La medicina privada existe porque el sistema de salud es insuficiente, el modelo de seguridad social instaurado en los tiempos de Cárdenas es excelente, el problema ha sido la fuga de capital que ha perdurado por años, sin embargo, pese a la corrupción, el sistema nunca se había visto con un desbasto tal como el que se ve ahora, aunado al miedo de la gente, las clínicas privadas de todos los tamaños han sido de las más beneficiadas en esta crisis sanitaria.
En los últimos días se ha hablado mucho sobre el papel que desempeña la medicina privada en este país, ¿Qué es lo primero que viene a nuestra mente cuando hablamos de un hospital privado? Una cuenta de varios cientos de miles de pesos, estudios que creemos innecesarios y una horda de vampiros vestidos de blanco dispuestos a succionar hasta el último centavo de nuestras carteras, pues para decepción de muchos, la medicina privada no está conformada por vampiros blancos.
La medicina privada existe desde hace siglos, muchas veces un servicio exclusivo de clases altas, como todo negocio, se ha ido diversificando, al punto de degenerar totalmente la ética de la profesión médica.
El sistema de medicina privada ha ido evolucionando, al grado de separar completamente la asistencia pública de la privada, naciendo así hospitales como la Beneficencia Española, clubes prácticamente para europeos radicados en México, mientras nacían el Hospital Juárez, el Hospital General y en épocas recientes el Centro Médico Nacional.
La priva, como se le conoce a dichos hospitales, no son solo los lujosos centros médicos en Polanco o las lomas, la medicina privada va desde la atención gratuita en farmacias, las consultas a precios risorios de $30 pesos, donde para muchos es caro pagarlos y si lo pagan deben ser tratados como miembros de la realeza, las clínicas pequeñas que se han nutrido del miedo de ir a hospitales públicos por temor a contagiarse, hasta los centros antes mencionados.
Muchos médicos laboran en ambos sistemas sin problema legal o ético alguno, por lo que para una parte del personal de salud, la vacuna ha sido proporcionada sin distinción, el problema radica en el personal nuevo, que no posee una base en el sistema público, y solamente se sirve del privado para subsistir, es ahí, en el grueso de equipos de salud jóvenes, donde radica el problema al tornar política una crisis sanitaria.
No esperamos recibir un trato de héroes, o de semidioses, todopoderosos y omnipresentes, porque somos humanos, sentimos, vivimos, tampoco estamos constantemente expuestos y arriesgando nuestra vida por el simple amor a la medicina, muchos estamos trabajando porque para eso estudiamos, porque es más fácil trabajar con riesgo que tirar 7 años de universidad a la basura.
No somos héroes, no queremos placas, ni bonos fantasma, ni calles con los nombres de todos los amigos que hemos perdido en combate, porque no habría calles suficientes, ni parques para poner todas las estatuas y memoriales, queremos estar vacunados para poder seguir ejerciendo nuestra profesión, porque pese al resentimiento de muchas personas, nuestra ética es más grande que la ignorancia.
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