Llegó el verano: los días se sienten más largos, hay más reuniones, fiestas, escapadas… y con ello vienen cambios en nuestra rutina de alimentación, sueño y movimiento. No está mal disfrutar, de hecho, ¡se vale!, pero también es importante mantener el equilibrio para que lo que comemos, tomamos o dejamos de hacer no afecte nuestra salud y bienestar.
Cuida tus hábitos sin caer en la culpa
Durante las vacaciones, es común comer más fuera de casa, saltarse comidas o dejar el ejercicio por “falta de tiempo”. Además, a veces se bebe más alcohol de lo habitual. No se trata de obsesionarse ni sentirse culpable por disfrutar, sino de mantener hábitos conscientes. Una herramienta sencilla es llevar un calendario visual o diario rápido de tu semana:
- ¿Cuántos días hiciste actividad física?
- ¿Cuántas veces comiste fuera?
- ¿Cuántas horas dormiste cada noche?
- ¿Cuántas veces tomaste alcohol o te sentiste con digestión pesada?
Esto te ayuda a tener una visión más objetiva. Muchas veces te das cuenta que te estás cuidando más de lo que creías, y que solo necesitas pequeños ajustes: hidratarte más, dormir mejor o evitar mezclar alimentos pesados con bebidas azucaradas o alcohólicas.
¿Y el alcohol? ¿Es mejor entre semana o solo el fin de semana?
Hay quienes dicen: “Yo no tomo nada entre semana, pero el fin me desquito.” Sin embargo, consumir grandes cantidades de alcohol en un solo día puede ser más dañino para el cuerpo que tomar una copa ocasional con moderación. El hígado y los riñones necesitan trabajar intensamente para procesar el alcohol. Grandes cantidades en poco tiempo pueden causar más estrés en tus órganos, aumentar el riesgo de intoxicación, deshidratación, mal descanso y alteraciones metabólicas.
Lo recomendable es no superar una o dos copas en una ocasión, y evitar los atracones (“binge drinking”). Conclusión – Disfruta el verano con bienestar y equilibrio Disfrutar el verano no está peleado con cuidar tu salud. Puedes salir, convivir y probar nuevos alimentos sin caer en el desorden.
- Haz espacio para moverte, aunque sea caminatas cortas.
- Bebe agua natural con frecuencia.
- Duerme lo más que puedas de manera regular.
- Y recuerda: no necesitas ser perfecto, solo mantenerte consciente.
Tu bienestar no se trata de prohibirte todo, sino de encontrar el punto medio que te haga sentir bien por dentro… y por fuera.
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📌 Ana Karen Juárez Pérez, NC Maestra en Ciencias | Especialista en Nutrición Deportiva
Miembro del Colegio Mexicano de Nutriólogos, Dietitians of Canada y Canadian Society of Nutrition Management