Por Claudio DE LA LLATA
CHOLULA.- En el análisis de la recta final de la sucesión presidencial, cabe decir que nos esperan a partir del día de hoy, tres semanas fatídicas en donde lo peor y lo mejor de las fuerzas políticas y los candidatos en contienda, saldrá a relucir de los escombros de la destrucción acelerada, de las formas y métodos de campaña, y de las institucionales (el INE), existentes en el firmamento político mexicano, en donde las formas se están perdiendo, así como la legalidad y la equidad.
Los ataques a las instituciones que vigilan, administran y conducen la transparencia, la democracia y la vigilancia del gasto público se verán afectadas por los ánimos electorales, por la competencia que se lucha palmo a palmo, a lo largo y ancho del país, ante una 4T que simplemente se ha desfondado por completo en algunas regiones del país, como la capital mexicana, Morelos, Veracruz, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Guerrero y Chiapas, y en otras tantas entidades se emparejan peligrosamente como el caso de Puebla, Yucatán, Nuevo León, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas, además de que han buscado los del partido oficial, confundir a través de encuestas que nadie lee, que nadie cree, que a nadie importan y que poco interés y efecto causan en el colectivo mexicano y en la opinión pública; de tal manera, que vemos una cantidad muy alta de indecisos, que seguramente votarán por la oposición.
A esto hay que aunarle el ascenso de la violencia en proporciones nunca vistas, y la presencia del crimen organizado generalizada ya en todo el país, de tal forma, que ya muchas regiones han sido controladas por completo por el crimen organizado, en un festín del mal inigualable en la historia moderna del México contemporáneo, de la que los que salgamos vivos, ya tendremos para contarle a nuestros nietos.
Pero de igual forma, veremos los últimos lances en un periodo extraordinario de sesiones, en el que pretenden darle la vuelta a la tortilla con dos decretos que serán derribados por la oposición, de la cual se desprenden la ley de amnistía y la de pensiones, que seguramente serán recurridas en la corte.
Cabe aclarar que las campañas llevan un desempeño bajo, y que cualquiera que destaque, aunque sea un poco, ganará la elección; por lo que lo anterior no es apto al parpadeo, a la mediocridad, nadie puede nadar de a muertito, se trata de una imperiosa necesidad de salir a hacer mucha tierra y baños de pueblo por doquier, o de lo contrario el opositor ganará con facilidad, hecho que significa que los candidatos tendrán que hacer algo más que lo convencional, asunto que pudiera llevar a muchos candidatos que van perdiendo, a tomar medidas y hacer alianzas suicidas, en pos de ganar una elección que será vigilada por el resto del mundo, de singular manera y acuciosidad.
Lo verdaderamente malo, es que se trata de que en muchas de las circunstancias, la 4T espera lo que haga el crimen organizado en el día de la jornada electoral, pero me permito informarles, que para entonces la DEA ya habrá tomado algunas medidas (se dice que serán entre el 15 y 20 de mayo), tras la declaración de Emma Coronel ante las autoridades norteamericanas, en el sentido de que afirma que a López Obrador, le brindó el cártel de Sinaloa dádivas en dinero en efectivo, para llevar a efectos los gastos de campaña en el 2006, 2012 y 2018, hecho que le da tela de dónde cortar a la agencia gubernamental norteamericana, para emprender medidas audaces, que garanticen que la delincuencia organizada, se mantendrá quieta y a raya, el día de los comicios, pues el anuncio y filtración del contenido de las declaraciones de Emma Coronel, tendrán consecuencias…
Igualmente hay que decir, que los tiempos inéditos que vivimos serán para el recuerdo, pues se vienen con todo, las acciones más desesperadas y posiblemente violentas que los comicios traerán, como consecuencia de los tiempos en los que nos tocó ser testigos involuntarios de las peores cosas, de los peores hechos, y del escenario que muchos quisiéramos evitar.
Finalmente basta decir, que esperemos que pese a los indicios, el 2 de junio sea un día de votación sin contratiempos, sin violencia ni arrebatos, en el que sea verdaderamente la manifestación del pueblo, la que surja de entre los escombros de las cosas que muchos desean que pasen, para evitar la alternancia, aclarando que tal vez ni la violencia extrema, sirva para detener el clamor popular de cambio y relevo generacional, en el poder presidencial.