CHOLULA.- Se escucha por ahí que todo ha ido cambiando poco a poco, algunos se han percatado de ello, otros ni cuenta se han dado, van inmerso en ese cambio de la sociedad, y piensan que siempre ha sido de esa manera, que todo sigue igual. Vamos a hablar de la policía, de los uniformados de azul, a los que muchos señalan, critican, exigen, piensan que por portar un uniforme dejan de ser seres humanos, que no siente, no viven, no se preparan para cumplir este trabajo el cual además de ser cuestionado en muchas ocasiones, es un riesgo día a día, sobre todo en los últimos años, cuando se puso de moda eso de “abrazos y no balazos”, o aquello de “acúsalos con Sus abuelitos”. En un tiempo pasado, pero algo muy pasado, los niños en sus juegos infantiles, cuando aún se daba la convivencia entre ellos, gustaban del juego de “policías y ladrones” y la mayoría buscaba ser el policía, porque era el bueno, el que siempre ganaba. Incluso soñaban con ser verdaderos policías. ¿Será? Se escucha por ahí que fue pasando el tiempo, y entonces se escuchaba a los grandes decir a quienes no conseguían trabajo, -Métete de policía, por lo menos mientras que consigues algo mejo-, y es que el salario del policía era muy bajo, pero muy bajo, apenas si con ese salario podía vivir una familia de no más de 4 personas, si eran 5 o más, entonces la ama de casa se convertía en algo así como un hada o una maga, porque con unos cuantos pesos tenía que sacar los 2 alimentos al día para la familia, pagar la luz, la renta, y ahorrar algo para poder comprarle ropa a los hijos. El tiempo sigue su marcha, y entonces se implementan cambios en lo que es Seguridad Pública, se ponen de moda el tener que presentar exámenes de confianza, los cuales también han ido cambiando. Se busca que mediante estos exámenes se tenga el perfil del aspirante a ser policía, y determinar si es apto o no. Una manera disfrazada para rechazar a quienes aspiraban a ser policías, pero cuidando la forma de no hacer sentir al aspirante estar siendo discriminado laboralmente. ¿Será? Se escucha por ahí que se fue trabajando desde hace años, primero en hacer carrera policial, es decir que quienes estaban ya activos, se esforzaran por ser mejores para lograr el ascenso y con ello un poco más de salario, porque los salarios han sido y siguen siendo muy bajos comparados con los de otros servidores públicos. Y aunque no se quiera reconocer, eso fue motivando que los elementos se convirtieran en parte de la corrupción, que inicio con los malos mandos de las corporaciones, los altos jefes eran puestos por el presidente municipal, gobernador, presidente de la república, aunque de seguridad pública solo supieran el nombre, vaya ni siquiera el significado de esas palabras. El trabajo del policía siempre ha sido cuestionado y criticado, por quienes han vivido situaciones en donde el uniformado tiene que participar. Si se tarda en llegar, es motivo de señalamientos e insultos, sin tomar en cuenta la distancia donde se encontraba, el tráfico y otras situaciones. Si detiene a un presunto infractor, presunto delincuente, no faltan los “expertos” ciudadanos quienes consideran que se está excediendo en el uso de la fuerza, y salen en defensa de ese posible delincuente, en lugar de apoyar incluso a la víctima. Si se enteran que el detenido quedó libre, no se cansan de señalar que le dio dinero al policía para que lo dejara libre, y la pregunta es ¿Hubo denuncia?, claro que no por miedo a las represalias. ¿Será? Se escucha por ahí que hoy en día, la mayoría de los uniformados tienen ya un grado de estudios técnicos o universitarios, que ya no es tan fácil ser policía, uniformado, además deben de estar tomando cursos a lo largo del año, deben de estarse actualizando, y no es como en otras profesiones en donde es decisión del interesado el tener un grado académico más, hoy es obligatorio, por lo menos tomar 2 cursos durante el año, de otra manera lo separan del trabajo. Hay quienes no solo tienen una licenciatura, sino cuentan con diplomados, con maestrías. Son pocos muy cierto, son los que en verdad desean ser policías y dar seguridad a la sociedad a la cual sirven, a la cual le tienen que aguantar ser comparados con delincuentes, que de paso sea dicho, si algunos pillos, dijera la comadre María. Esos servidores públicos, tienen necesidades que cubrir para con sus familias, y requieren de un mejor salario, y sin embargo ahí siguen arriesgando la vida para dar seguridad a los ciudadanos, entre los cuales están los desagradecidos, los que hacen que al uniformado se le vaya como al cohetero, si lo hace mal le chiflan, y si lo hace mal le rechiflan. Abuuuuuuuuuurrrrrrrrrrrrrrr.