Directo al infierno y sin escalas
CHOLULA.- Un bebé en brazos de su madre es lo mismo que un embrión en el útero de ella. Aunque no sean independientes, ambos son autónomos; son personas POR DEFINICIÓN, seres humanos VIVOS que sienten y sufren. Por tanto, «interrumpir» su desarrollo es un asesinato con todas sus agravantes. Yendo más allá, el canon 1398 del Código de Derecho Canónico nos dice que «quien procura el aborto (quien haga esfuerzos para que suceda), si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae, o sea de manera automática, sin juicio eclesiástico». Así, médicos y legisladores, por ejemplo, serían culpables y un Pueblo católico «dormido» ante esta aberración peca de omisión.
Juan Derecho