Por Jesús DE SANTOS GARCÍA
¿Por qué sufre el hombre?
CHOLULA.- Se puede afirmar que muchos de los sufrimientos del hombre tienen su origen en el papel formador de la familia. Desde la infancia al hombre se le debe instaurar el principio de realidad e introyectar la ley. Esto suele no suceder cuando en la familia existe una “función paterna” débil o endeble. La función paterna, cada día más en decadencia, trae como consecuencia muchos sufrimientos que pudieran ser evitados si esta cumple con la instauración del principio de realidad y la ley en los hijos.
Si no instaura el “principio de realidad”, será imposible distinguir lo que no se puede cambiar de la realidad, y el principio del placer seguirá rigiendo muchas conductas como se observa en la actualidad.
Se debe dejar que las cosas sean lo que son, si se pueden cambiar debemos de hacerlo. Si no se puede, a pesar de los esfuerzos, dejar que las cosas sean lo que son.
Muchos de los trastornos neuróticos y psicóticos que se manifiestan en la actualidad tienen su origen en los tiempos en que se formó el infante en su familia.
La vida nos es impuesta, y resulta molesta. Esta imposición provoca muchos dolores, desengaños, tareas que no se pueden solucionar, todo esto es causa de sufrimiento.
En los primeros cinco años, se aprende a distinguir lo interno, lo perteneciente al “yo”, y lo externo, que proviene del mundo exterior. Con esto se da el primer paso para instaurar el principio de realidad, destinado a gobernar el desarrollo del sujeto.
Tres son las fuentes de sufrimiento: El propio cuerpo, que no puede sustraerse del dolor y la angustia ya que nuestro cuerpo está destinado a la ruina y a la disolución; La naturaleza, que desde el mundo exterior, que puede ensañarse con sus furias sobre nosotros con fuerzas potentísimas, destructoras; Los vínculos con nuestros semejantes, (esto es, con los otros seres humanos), esta fuente es la más dolorosa, se puede decir que la inmensa mayoría de nuestros sufrimientos son causados por el trato con el “otro”.
Causas del sufrimiento del hombre. Durante su existencia al hombre se le presentan ciertas circunstancias o hechos que le causan sufrimiento. La vida presenta constantemente obstáculos y muros, con los cuales se tropieza y causan heridas. Se puede decir que el sufrimiento humano es subjetivo y se debe al vasallaje o dependencia que el “yo” tiene con el “ello” y el “superyó”. Obedecer a dos amos al mismo tiempo es causa de angustia y sufrimiento. El “yo” debe de obedecer al “ello”, esto es las pulsiones de su mundo interior, y al “superyó” y a las exigencias del mundo exterior”.
En el hombre, las amenazas del exterior y las exigencias del interior siempre tienden a generar estados neuróticos o psicóticos, “(…) la neurosis es el resultado de un conflicto del ‘yo’ y su ‘ello’, en tanto que la psicosis es el desenlace análogo de una similar perturbación en los vínculos entre el ‘yo’ y el mundo exterior”.
En la neurosis el “yo” se defiende con una represión, es obediente a las exigencias de la realidad, no hay pérdida de ésta, sigue dominando su influjo. La neurosis es causada por una represión fracasada y se angustia cuando la pulsión reprimida trata de llegar a la consciencia y trata de imponerse en la vida anímica. La pérdida de la realidad recae sobre la parte de la realidad, cuya causante de la represión esta pérdida, se compensa con la limitación del “yo”.
En la psicosis la pérdida de la realidad es el fenómeno característico, transforma y elabora una nueva realidad, esto es, niega la realidad y crea otra, y se procura las percepciones que correspondan a la nueva realidad, por medio de la alucinación. Pero a pesar de todo, la realidad rechazada, trata de imponerse en la vida anímica y produce angustia.
El hombre debe tener la capacidad para transformar al mundo y adecuarlo a las necesidades requeridas. Todo cambio puede surgir de una angustia y ésta será el motor para realizarlo, pero esto es posible sin padecer trastornos.
El sufrimiento humano es subjetivo. El hombre es capaz de dar a luz fantasmas alucinantes, que luego atormentarán sin piedad a quien los engendró. Los miedos son, generalmente, sombras fantásticas, sin fundamento en la realidad exterior.
Podemos decir que el miedo proviene de no aceptar, o de no ver la realidad, por ejemplo: “éste no me quiere”, “este proyecto va al fracaso”, “me van a correr del trabajo”, “de seguro va a haber un terremoto”…
Los seres anteriores al hombre, en la escala de la vida, los animales, no sufren de soledad, vergüenza, melancolía, depresión, resentimiento, ni de celos, los animales no sufren si no son admirados, no sienten odio ni alegría; no desean, están gobernados por un equipo instintivo que les resuelve todos los problemas, no pueden ser ni más, ni menos felices de lo que son.
Del sufrimiento evitable, solo cada sujeto se puede salvar a sí mismo. No hay especialista de ninguna clase que pueda evitar “mi sufrimiento” con sus análisis o recetas. A veces es necesaria cierta ayuda, pero cada sujeto debe tener presente que es él mismo el responsable de su vida. Debemos entender que nadie puede “vivir por mí”, nadie puede “decidir por mí”, nadie puede “trabajar por mí”, nadie puede “sufrir por mí”, sólo yo mismo puedo, y a veces es difícil salvarme del miedo, de la tristeza, de la angustia, salvarme del sufrimiento…, y salvarme a mí mismo.
Aceptando el principio de realidad se puede llegar a eludir el sufrimiento evitable. Todo lo que resistimos y/o rechazamos de la realidad se vuelve nuestro enemigo, nos hace sufrir, y el que sufre hace sufrir a los demás.
Debemos dejar que las cosas sean lo que son, ¿puedo cambiarlas?, adelante, hagamos todo lo posible, pero si a pesar de los esfuerzos no lo logro, debemos dejar que las cosas sean lo que son….
Seguiremos platicando sobre las causas del sufrimiento del hombre.