Por José Salvador ESPINA GARZÓN
CHOLULA.- No todo es grilla en México entre MORENA, PAN, PRI, etc., pues el mundo es mucho más grande y nuestro país también está sujeto a los cambios geopolíticos y electorales que suceden en otros países y continentes. Más aún cuando ese lugar es nuestro vecino Estados Unidos.
El país de las barras y las estrellas está próximo a vivir sus elecciones presidenciales, así como otros cargos legislativos. Por lo que, en el mes de noviembre, sabremos el nombre del presidente de Estados Unidos para los próximos cuatro años.
A diferencia de México, en ese país se vive la democracia de manera diferente, puesto que su sistema electoral es distinto al nuestro, eligiendo a sus representantes mediante el colegio electoral y no por voto directo como lo hacemos nosotros. La otra gran diferencia es que se vive en un sistema electoral donde solo dos partidos políticos compiten, teniendo entre ellos la disputa por la silla presidencial y el Congreso. Cabe aclarar que pueden existir otros partidos, pero históricamente las contiendas han sido entre dos. Entonces, la batalla entre el partido republicano y el partido demócrata ha comenzado.
Por el lado de los republicanos, se ha determinado en días pasados durante su convención que el candidato será Donald Trump, acompañado de James David Vance, quien es senador por Ohio. Es una dupla potencializada de cara a los comicios de noviembre después del atentado contra la vida de Trump.
Sin embargo, del lado de los demócratas ha pasado algo poco común en los procesos electorales de Estados Unidos. El pasado domingo, el virtual candidato a reelegirse, Joe Biden, declinó la candidatura, dejando la puerta abierta a que su partido escoja un nuevo abanderado en la cruzada por derrotar a un crecido Trump.
El mandatario dio su apoyo al mismo tiempo a su vicepresidenta, Kamala Harris, quien sería uno de los perfiles más fuertes para tomar la estafeta. Sin embargo, habrá que ver si más actores demócratas buscarán o no la candidatura, lo que podría determinar la fracción del partido de cara al proceso electoral. Personajes muy importantes en ese partido, como el expresidente Obama o los Clinton, no se han pronunciado a favor de ningún perfil aún, lo que deja la puerta abierta a más opciones.
Sin duda, habrá más debate y competencia por la candidatura que cuando el presidente Biden la obtuvo, pero no significa que al final habrá unidad de cara a enfrentar a su archienemigo común, que es Donald Trump.
Esta será la dinámica que tendrá el partido demócrata hasta su convención nacional, en donde se determinará de manera oficial al candidato o candidata que irá a las urnas contra Trump.
Esto dará un giro en la dinámica y preferencias que había hasta el domingo, por lo que habrá que estar atentos a cómo se desarrolla en las próximas semanas el panorama de cara a la elección de noviembre.