* Prácticamente solo a bebes llevaron de Marías o Juan Diego
Por Epigmenio ROJAS CASTRO
CHOLULA.- Miles de devotos guadalupanos desfilaron por el cerrito de la virgen de Guadalupe, haciendo largas filas para poder pasar bajo sus pies, en el altar y dar gracias por los bienes recibidos, o bien hacerle una petición especial. Aún se lograron ver a bebes que llevaron ataviados de Marías o bien de Juan Diego, una tradición que poco a poco se va perdiendo.
Desde muy temprana hora, el cerrito de Guadalupe, como se le conoce popularmente, al templo en donde se venera a la morenita del Tepeyac, empezó a verse muy concurrido, iban llegando los devotos de patrona no solo de México, sino prácticamente de toda América, quienes caminaban entre los puestos instalados en la plazuela, para llegar al pie de la escalinata y subir para llegar al atrio, en momentos a paso muy lento, porque la fila era grande, algo que no importó con tal de poder pasar a los pies de la imagen.
Este año, el atrio se mantuvo despejado, así los devotos pudieron ir con mayor tranquilidad, sin perder su lugar en la fila, eran segundos los que pudieron detenerse frente al altar, estar ahí a sus pies de la imagen, debiendo seguir su camino hacia la puerta de salida.
Llegaron también varias peregrinaciones provenientes de la ciudad de México, luego de haber estado allá en el cerro del Tepeyac, y agradecerle aquí en su casa el haberlos llevado y traído con bien.
Cumplida la misión de haber visitado a la virgen de Guadalupe, pasaban a disfrutar de algún antojito, o bien comer en este lugar, tomar una bebida refrescante, desde agua natural, hasta un pulque curado o una cerveza.
No podía faltar la fotografía del recuerdo.
Fue notorio que ya no llegan las niñas vestidas de Marías, o los niños de Juan Diego, ya solo los bebes son llevados con esa vestimenta, es una tradición que se ha ido perdiendo, por diversos motivos, el principal la economía de las familias, ya que no es tan económico el poder comprar el trajecito.