México, verse en el espejo de Ucrania

 

Por: Aldo COSTILLA ROJAS

Llamó mucho la atención la fotografía de los mandatarios Donald Trump y Vladimir Putin en Anchorage, Alaska, la semana pasada. Con el expresidente Biden esto nunca ocurrió.

La fotografía muestra una cálida recepción del estadounidense al líder del Kremlin, mensaje que trasmite el respeto que se tienen ambas naciones. Porque no es lo mismo negociar con Italia, Canadá o Inglaterra que hacerlo con Rusia.

En esta reunión ambos líderes mostraron interés en resolver el conflicto que supera los 3 años y medio en Ucrania. Al término de la reunión los jefes de estado expresaron que si bien no hubo una solución en ese momento sí se avanzó para alcanzar un acuerdo de paz que prácticamente implica repartirse Ucrania. Algo muy interesantes pues las dos potencias militares negocian entre sí territorios fuera de sus fronteras.

Esta es la parte que me interesa comentar: cómo dos países acuerdan la paz de un tercero sin que la voluntad del pueblo ucraniano esté sobre la mesa. Es cómo llegar a acuerdos y después mandárselos a los habitantes con la etiqueta “es lo que más te conviene”. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky finalmente tendrá que aceptar las condiciones que imponga su adversario Rusia y su socio (o jefe) Estados Unidos.

Otros espectadores son los países europeos que más tarde los jefes de estado se reunieron con Donald Trump en la casa blanca. Una reunión, como llama el analista Callo de Hacha, entre “el Presidente y sus gobernadores europeos”. Este grupo, en el que destaca la ausencia de España, buscan evitar más invasiones rusas a territorios europeos a futuro. Por eso, buscan el cobijo en los Estados Unidos, porque Europa simplemente es indefensa ante Rusia. Peor en alianza con China y los países árabes.

Frente a esta situación ¿Por qué México debe verse en el espejo de Ucrania? Porque geográficamente México es, al igual que Ucrania, la puerta a una región. Mientras que Ucrania es la puerta a Europa, México es el acceso geográfico a Latinoamérica. Luego, la soberanía es un tema fundamental. Así como dos potencias se sientan a repartirse el botín, en México el pretexto de los cárteles es muy atractivo para penetrar nuestro territorio y hacerse de los recursos.

De esta manera, aunque para muchos la postura de la presidente Sheinbaum signifique rehusarse a aceptar el apoyo estadounidense, es más bien un llamado a la soberanía y la autodeterminación de nuestro país. Así como en la colonia, Europa se sentó a repartirse la tierras y recursos y de la Reforma ocurrió lo mismo, ahora nadie quiere que eso pase en México, como pasa con Ucrania.

El mensaje del gobierno mexicano es claro: colaboración sí, sometimiento no. Lo mismo que pide el pueblo de Ucrania. Paz sí, intervencionismo, no. Acá estamos aún a tiempo y recibir ayuda para combatir al crimen sin que esta sea una intervención abierta.