Los caciques nos dominan ¿todavía? Por Alejandro MARIO FONSECA

CHOLULA.- Hace 9 años, el 11 de septiembre de 2015, escribía sobre el acontecer político de entonces. J. J. Espinosa, un junior priista que se decía de izquierda, era alcalde de Cholula. Su protagonismo era tan ambicioso que se atrevía a enfrentarse al poder del gobernador, en aquel entonces Moreno Valle. Decía yo:
La voz “cacique”, nos cuenta Don Lucas Alamán en su Historia de Méjico, proviene de África y era el término con el cuál se designaba a los reyezuelos que traficaban esclavos a cambio de armas y de aguardiente. En nuestro país el término siempre ha sido muy popular. Durante la Colonia se utilizó para referirse al “señor de vasallos en pueblo de indios”. Ya en el siglo XIX, después de la Guerra de Independencia, se siguió utilizando para designar a la “persona que ejerce una gran influencia en los asuntos de un pueblo”. Durante las guerras de Reforma, de la Revolución y la Cristera, se dividieron en “caciques buenos” y “caciques malos”, dependiendo del bando en que peleaban; todos pasaron a ser designados como “caudillos”, es decir, caciques levantados en armas.
Todo esto lo decía yo como preámbulo a la triste noticia del momento: “Moreno Valle no cumplió: J. J. Espinosa Torres”. “Usa la Auditoría Superior del Estado, ASE, para ayudar a su candidato”. La noticia me resultaba muy triste, porque lo que declara el alcalde, mostraba el gran atraso en el que se encontraban nuestras instituciones políticas.
Agregaba yo: “De nada ha servido todo el dinero que se ha gastado para garantizar unas elecciones más o menos limpias. De todas formas, el que llega al poder, llámese gobernador o presidente municipal, hace prácticamente lo que se le da la gana, claro, dentro de ciertos límites. Y los límites los impone el cacique más fuerte”.
El poder patrimonial
Pero lo más grave era el detalle de aquella nota: “El alcalde precisó que, desde el máximo órgano de fiscalización en el estado, se ha implementado una estrategia para apuntalar el proyecto político que habrá de favorecer a Antonio Gali, en la elección a verificar en el 2016, quien lo apoye verá aprobada sus cuentas públicas, quien no esté con el candidato oficial, habrá de sufrir las consecuencias, como presidente municipal en dicho rubro”.
Y yo me preguntaba, ¿por qué un alcalde habría de temer que le revisen rigurosamente su cuenta pública, acaso no debería ser una práctica normal; incluso para un alcalde honrado sería deseable que así fuera? Quién nada debe nada teme, dice el dicho popular
Y otra pregunta, ¿cómo le hace el gobernador para influir en la aprobación o no de la cuenta pública de un alcalde, acaso tiene controlado al poder legislativo? Entonces en su declaración el alcalde estaba reconociendo tácitamente que los presidentes municipales pueden influir en el voto de sus localidades, cómo, con dinero, o con qué; dónde quedan el instituto y el tribunal electorales, acaso no está penado.
Entonces, yo concluía, “las elecciones todavía no son transparentes, no hay separación de poderes, tampoco se respeta el 115 constitucional.   En la transición hacia la modernidad política seguimos en pañales, gobernados por caciques”.
Y ya para terminar, la parte jocosa de la triste noticia es que J. J. Espinosa reforzaba sus declaraciones con la denuncia de un avezado priista: “El alcalde en esta rueda de prensa recordó que hace unos días Enrique Doger Guerrero, dio a conocer que los alcaldes están siendo presionados, chantajeados a efecto de que brinden el apoyo al candidato del grupo en el poder”. Resultaba que los priistas le reclamaban a los panistas lo que ellos “institucionalizaron” a lo largo de casi todo el siglo XX.
Hoy como ayer
Hoy seguimos igual, ahora el PAN se reforzó con el PRI y el PRD, que están en extinción. Así que dinosaurios, viejos y nuevos se resisten a aceptar la modernidad política. Su candidata, Roxana Luna les garantiza tres años más en el poder municipal. Y la vía que eligieron para lograrlo, al parecer sigue siendo la de las trampas y la del engaño.
Sin embargo, ya no está tan fácil, Cholula ha cambiado, ya es una ciudad cosmopolita y además contamos con una red de periodistas que en las redes sociales están dando la pelea. Espero qua al final todo es aclare y prevalezcan la legalidad y la concordia.