Por Salvador ESPINA
CHOLULA.- Dentro de la batalla electoral que se está viviendo en todo México uno de los actores más recurridos es el de las encuestas para ir visualizando los avances de las y los candidatos, así como para ir vislumbrando al próximo gobernante o representante.
Es por ello, por lo que hay mucho interés de los candidatos de dar una imagen de fuerza y amplia ventaja ante sus adversarios en estos instrumentos. Sin embargo, estos instrumentos metodológicos se han vuelto un negocio fructífero por lo que han perdido cierta fiabilidad.
Ante ello, vemos las raquíticas diferencias entre una encuesta y la otra, así como en los resultados finales. Ejemplo de esto podemos verlo en Puebla, donde hay encuestadoras que ponen a los dos candidatos más fuertes a más de 20 puntos de diferencia, mientras que hay otras que no pasan de los 5 puntos de diferencia entre ambos. ¿Cómo es posible esto? Pues ahí es donde habrá que valorar el éxito de estas casas encuestadoras contra su reputación.
Lo más cercano para conocer la verdad será ir viendo en las últimas elecciones como han acertado con sus pronósticos dichas encuestadoras en contraste con los resultados oficiales. Un caso anecdótico es la última elección a gobernador del Estado de México donde compitieron Alejandra del Moral y Delfina Gómez. En todas las encuestas daban a la candidata Delfina de MORENA como ganadora, lo cual así pasó. Sin embargo, la clave aquí es la diferencia de puntos con la que terminaron.
Pues varias de la casas encuestadoras que hoy también están analizando el proceso electoral daban a la hoy gobernadora ganadora por entre 20 y 30 puntos de diferencia. Sin embargo, la diferencia final fue apenas de 8 puntos entre ellas. En dicho pronostico, una de las casas encuestadoras que más se acercó a este número fue Massive Caller la cuál coloca hoy al candidato de la alianza PAN, PRI, PRD y PSI Eduardo Rivera a escasos 4 a 5 puntos debajo de Alejandro Armenta lo que predice una elección de final de fotografía para aquellos que creían que esto estaba definido. Pues esto, sumado a la mala baraja de candidatos que lanzó MORENA en lo local, la esperanza de mantener el estado de Puebla radica en tres aspectos: la vigencia de la marca partidista y del presidente, la utilización de los programas sociales como estrategia electoral y, por último, la experiencia operativa de más de 30 años de Alejandro Armenta.
Este 2 de junio Puebla tendrá nuevo gobernador y será en una de las contiendas estatales más ríspidas y parejas de este año.