La Brújula

Por Nancy LUNA SORCIA

CHOLULA.- La brújula es un invento extraordinario, que cuenta con una simple aguja, y nos indica en todo momento donde está el norte. Si no conoces la historia de la brújula aquí te explicamos quién es su inventor, cuál es su origen y cómo ha sido su evolución hasta la actualidad.

La brújula fue inventada en China en el siglo IX. Lamentablemente, al igual que otros grandes inventos o descubrimientos de la humanidad, no se conoce con exactitud quién es el inventor de la brújula magnética. Para conocer el origen de este instrumento esencial en el descubrimiento del mundo, y sobre el que se fundan todos los mapas geográficos, parece retrotraemos a la geomancia, y a un aparato de adivinación descrito en un libro chino, el Louen Heng, en el año 83.

Se trata de una cuchara tallada en un mineral de hierro imantado, la magnetita, que se posa sobre una placa de bronce pulido para ver en qué sentido se fijará el mango, tal y como lo indica un bajorrelieve del museo de Zurich, que data del año 114. Este instrumento se basaba, muy probablemente, en el descubrimiento de la magnetita.

No sabemos exactamente cuándo dicho descubrimiento suscitó la invención, pero sabemos que también se realizó en China, ya que se encuentran brújulas de aguja flotante o pivotante, desde el siglo IX, mientras que el instrumento no existía en Europa.

En el año 940, cuen­ta el Houa Chou (Hua Zhou), que el in­geniero Chen Koua (Chen Gua) sabía incluso fabricar imanes arti­ficiales enfriando una barrita de acero orientada norte-sur. La primera brújula magnética cono­cida en navegación marítima, está señalada en Europa en 1187, por el inglés Alexander Neckham.

Describe una aguja transportada a bordo, que permite seguir un rumbo, incluso cuando la estrella polar está cubierta por las nubes. Hasta 1700, los compases se fijaban y montaban sobre los mapas, en los cuales el Norte estaba indicado por una flor de lis.

A continuación se realizaron compases líquidos, en los cuales se situaba la aguja dentro de una caja metálica rellena de agua destilada. Como las agujas se desmagnetizaban muy rápido, el ingeniero inglés Gowan Knight inventó en 1745, una técnica para magnetizar durante largo tiempo los aceros duros.

Todo ello, es un ejemplo genial de como un instrumento muy pequeño, puede aprovechar un efecto natural inmenso. La brújula lo que hace, es orientarse según el campo magnético de la Tierra. Y es que la tierra, actúa como un imán de tamaño planetario, seguramente el más grande que se encuentra en movimiento de rotación.

Es curioso el nombre mismo de la brújula. Se llama así porque antiguamente se pensaba que la orientación, aparentemente mágica, de la aguja era un hecho de brujería. Después, cuando se empezó a entender mejor cómo funcionaba el magnetismo, se llegó a pensar que en el polo norte había una gigantesca montaña hecha de hierro que atraía las brújulas. Tampoco es una explicación correcta, pero al menos ya era una hipótesis un poco «científica».