Por Nancy LUNA SORCIA
CHOLULA.- El origen de la bañera se remonta al siglo XVII a.C. la primera bañera se encuentra en Grecia, en Creta, en el palacio de Knossos. Y la primera bañera ergonómica fue invento de Level, un maestro calderero con sede en la rue des Mauvais-Garçons (París), en el siglo XVIII.
El baño moderno tal y como lo conocemos tiene apenas 100 años, pero la bañera tiene muchísimos más. Aunque a menudo ha cambiado de materiales y formas, y en ciertos periodos ha caído también en desuso, nunca ha desaparecido del todo. Es irreemplazable cuando se trata de relajar las tensiones del cuerpo.
El origen de la bañera se remonta al siglo XVII antes de Cristo. Se cree que la primera bañera se encuentra en Grecia, en Creta, en el palacio de Knossos. Cabe destacar también el sistema de agua con el que contaba, muy avanzado, si consideramos el período al que nos referimos.
En los inicios la bañera estaba vinculada más que a la idea de relajación, a la necesidad de realizar ejercicios físicos que se consideraban muy importantes en la antigua Grecia. Con la introducción de los primeros baños en los gimnasios, se realizaban actividades físicas en estas cubetas llenas de agua fría.
2000 años antes de Cristo, la bañera era redonda y de terracota, luego de piedra pulida o mármol en la época del Imperio Romano. Periodo durante el cual tendió a alargarse. Cuando este último inicio su periodo de decadencia y fin en Occidente, la bañera fue también desapareciendo gradualmente a medida que el cristianismo ganaba terreno.
Durante la Alta Edad Media, del siglo V al X, el cuerpo fue mortificado en lugar de ser atendido y cuidado, y el uso del baño disminuyó. Más tarde, la urbanización y las Cruzadas, que fomentaron los intercambios culturales, revivieron su práctica.
La primera bañera ergonómica fue invento de Level, un maestro calderero con sede en St Germain, París. Diseñó una bañera de sabot, en la que «la persona que toma el baño está sentada y contenida por todos lados como en un sillón». Hecha de cobre estañado, y acompañada de una estufa.
Pero el cobre era muy caro, así que en 1770 otro inventor, un maestro pintor, aplicando un barniz a la chapa, dio con el método para fabricar bañeras mucho más baratas. Más tarde, la chapa barnizada fue sustituida por la chapa esmaltada, y luego por el zinc alrededor de 1840. En 1831, París tenía más de 2.000 bañeras.
Después de la guerra, las bañeras de porcelana, que pesaban de 200 a 250 kg cuando estaban vacías, comenzaron a desaparecer, al igual que los modelos de hierro fundido, aunque eran la mitad de pesados. El acero esmaltado los reemplazó, seguido por el acrílico, que ahora está dando paso a las superficies sólidas y el acero, que parece que está de regreso, al menos en Alemania.