CHOLULA.- Desde niño fui muy tímido, muy serio. La gente pensaba que no tenía problemas para adaptarme a cualquier ambiente, sin embargo la gente no sabía que me ocurría todo lo contrario; tenía mucho miedo de estar solo con la gente.
Termine mi carrera muy joven, y aunque todo parecía felicidad porque ahora ya podía dedicarme a trabajar, no fue así, empecé a sentir un gran temor a fallar, de no ser aceptado en ningún trabajo. Imaginaba lo difícil que sería a partir de ese momento mi vida y me daba mucho miedo, sin embargo a nadie se lo comentaba.
Me encerré en mi casa por varios meses. Por lo tanto discutía con mi mamá. Sentía una gran frustración por no poder desarrollarme como profesionista. Y fue mi madre quien al verme tan desanimado y molesto, me recomendó asistir a la terapia como la que ofrece el Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos. Ahí me di cuenta que no era la única personas que sufre por estar desempleado, eso me dio mucha confianza para seguir asistiendo.
Actualmente me encuentro trabajando y muy satisfecho de poder desempeñarme en mi carrera. Al ir cumpliendo con mis objetivos laborales la amargura que me invadía fue desapareciendo y por consiguiente mi relación con los demás fue mejorando.