Editorial
Por Mario SALAMANCA RODRÍGUEZ
¡Mirad, levanta la vista de los ojos!
¿Quién hizo estas maravillas?
Ejércitos celestiales incontables
Fuerza poder y grandeza
En la vejez y las canas te alabaré
Mis labios te alaban cantándote
Desde mi juventud mi bota te ante
Siempre te alabaré; en ti esperaré
Haz hecho grandes cosas con delicadeza
Grande poder de tus manos poderosa
Belleza y grandeza el creador lo desea
Te alabaré en la vida noche y día
Pueblos, naciones esperar hoy, y siempre
Has sabido, has oído, nadie le iguale
Dios es grande he inescrutable
Bondad y justicia con el hombre
No hay comparación en grandeza
De hombres en eminencias
Poderosos y nobles o desdichados
Desmallaron en el camino los ríos están secos
Hizo los cielos, la tierra y los confines
De mundo siderales hoy lejanos
Esencias, no busques poder y grandeza
Fatigas al gemir, hay dolor y tristezas
No exaltéis en las alturas como águilas
No confíen los que mucho poco beben
Iran a muerte son destinados
¡Habrá luto porque la fosa desciende?
Estruendo en la caída, hay tinieblas
Haz desmallado a densas tinieblas
Fueron a lo profundo de la tierra
La sepultura abrió su boca
Tinieblas en la faz de la tierra
Huerto a espada en las naciones
Grandeza, poder y gloria son derribados
Extinguidos pueblos y naciones de la tierra
El sol se nubló, la luna sin luz
Astros brillantes son entenebrecidos
Oscuridad en el cielo, y las estrellas
Aflicciones de gentes y pueblos conocidos.