Editorial
Por Mario SALAMANCA RODRÍGUEZ
Dios nos ha mostrado su grandeza en los días
Has hecho grandes cosas en las vidas
Mi boca te alabará, publicará tus justicias
Seguiré manifestando las grandes maravillas
Se alegrarán mi boca y mis labios
Te cantaré con música mis canciones
Los siervos y también los hijos
Continuamente en la noche y en los días
Seguridad mía desde mi niñez de todos
El señor que hizo la tierra y los cielos
Él es grande, único entre los dioses
Lo que quiere hace los mares y abismos
La tierra recibiendo aguas de las nubes
Alegrándose las campiñas y los montes
Árboles frondosos; perfumadas flores
Cristalinas aguas en las corrientes de los ríos
Luces repentinas, estruendo de los relámpagos
Corrientes de aires invisibles vientos
Hizo morir o resucitar a hombres
Acontecimientos admirables, he incomparables
Envió señales a pequeñas y grandes naciones
Bendiciones a unos, a otros maldiciones
Dio vida y mató a poderosos
Heredades a hijos en los pueblos
Hay memorias pequeñas y grandes
Generaciones idolatras no son perdonadas
Hechuras de oro y plata, maderas preciosas
Obras de hombres sin aliento, están muertas
¡Misericordia y perdón! buscad a dios
La noche se aproxima, días tenebrosos
Alaben al señor pueblos y naciones
Al único que hace grandes maravillas
Abrirán los entendimientos de los hombres
Reconociendo magnificencia y glorias
De vidas de grandes y pequeños hombres
Divina majestad loores tributaremos
Tú que das vida y pronto volverás
Solo tú eres santo, grande entre todos
Poderoso, cuán grande mi señor y dios
Cuándo escucho el corazón, al oír tú voz.