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CHOLULA.- Hace unos días, en el aniversario del PRI, tuve la oportunidad de platicar con compañeros venezolanos de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe, (Copppal), y sus palabras respecto al actual gobierno mexicano fueron muy claras: “esta película ya la vi, el Presidente pretende hacer lo mismo que en Venezuela hizo Chávez, los partidos de oposición deben mantenerse unidos para impedirlo y defender la democracia en México”. Esas palabras no solo prenden alertas para todos lo que hemos decidido dedicarnos a la vida política, sino que también debe ser motivo de análisis para todos los ciudadanos. Vale la pena revisar algunas de las claras similitudes que podemos encontrar entre ambos regímenes.
Hugo Chávez a través de su programa “Aló Venezuela” dictaba las noticias, cegaba la opinión pública y atacaba a sus detractores; tropicalizada y con su toque particular nuestro Presidente hace lo propio desde su mañanera. Otro paso en el manual del dictador populista que siguen ambos personajes es el constante ataque y debilitamiento a las instituciones garantes de la democracia y organismos de equilibrio y contrapesos políticos.
Hay que agregarle a la lista de preocupantes características que comparten los dos tuvieron como bandera importante en su ascenso al poder la lucha contra la corrupción pero apenas llegaron al poder, el uno y el otro y en ambos países se disparó la corrupción a través de asignaciones directas en lugar de licitaciones transparentes; para seguir con los ejemplos, entre sus promesas de campaña, tanto Chávez como Andrés Manuel, prometieron velar por los más necesitados y en esa tarea ambos engrosaron las filas de la pobreza y marginación, en el caso de Venezuela terminando con la clase media y abriendo brechas de desigualdad muy profundas, destino al que se dirige nuestro país.
Al igual que Chávez en Venezuela que aprovechó la figura de Simón Bolívar y se llegó a comparar con el libertador, AMLO en México recurre a Benito Juárez. Y es que el actual Presidente de México siente que no fue elegido para gobernar un país sino que él es el fin y el comienzo de una nueva época histórica, rasgo que comparte con el difunto Presidente venezolano.
Otra herramienta de la cual ambos personajes se hicieron valer es la revocación de mandato y que en ambos casos no existía jurídicamente y desde el poder impulsaron su incorporación al texto constitucional. Para ser más claro, solo 4 países latinoamericanos reconocen en su Constitución la Revocación (México, Venezuela, Bolivia y Ecuador), pero la semejanza no termina ahí, en ambos casos el ejercicio de revocación de mandato es usado como pretexto para dividir y polarizar a la sociedad.
La democracia en nuestro país nos ha costado mucho, ha sido un proceso de más de 100 años de maduración y sin lugar a dudas ha llegado la hora de prender las alertas y prepararnos para defenderla. México no es Venezuela aún, pero el manual del que ambos líderes populistas fundan sus acciones solo conoce un destino.